martes, 25 de febrero de 2014

"Guardián del Norte" - Un nuevo libro sobre Güemes - Breve comentario a la reseña

"Guardián del Norte", Un nuevo libro sobre Güemes

Un libro muy completo que refleja la vida del prócer desde su educación hasta su tarea fundamental en la independencia nacional
·                                 domingo, 23/02/2014 | 14:08 hs

TEMAS

LITERATURA
Guardián del Norte es una nueva obra del escritor bonaerense Julio C. Borda, abogado nacido en 1955, docente universitario y autor de varios libros. Con Guardián del Norte se adentra en la vida del general Martín Miguel de Güemes y en la historia profunda de la provincia de Salta y de la región, basándose en abundante bibliografía y en unos veintiséis autores del país y Bolivia, con diferentes características y puntos de vista. El texto ha sido compuesto en treinta y ocho capítulos, una reflexión final respecto a los caudillos y un epílogo.

Inicia este muy completo libro con el entorno familiar, siguiendo en capítulos dedicados a la Patria Chica, a su educación, vocación militar e intervención en las invasiones inglesas, el regreso a Salta, Mayo y la influencia de Moreno y el fusilamiento de Liniers. Deja bien reflejado que Salta fue la primera provincia en rechazar las ambiciones realistas durante la Revolución de Mayo, como así el celo de sus hombres que en forma heroica, supieron enfrentar con astucia y patriotismo los embates de las fuerzas peninsulares. 

Prosigue con un especial capítulo dedicado a los gauchos salteños, como al primer triunfo de las armas de la Patria en Suipacha, a los abusos posteriores a este triunfo y luego a la derrota de Huaqui, Güemes en Tarija, su comportamiento y el sonado conflicto con Belgrano, el retorno de Güemes al Ejército, el encuentro con San Martín y la reconciliación con Belgrano, y el reconocimiento del Libertador por la ayuda de Güemes y sus milicias. Ofrece asimismo, un firme análisis del vocablo “guerrilla”, aclarando desde el principio el papel fundamental que tuvo la famosa guerra de guerrillas –también conocida como guerra de recursos- en la lucha contra el invasor, analizando el autor con detalles y juicios que por razones de espacio no ahondaremos, si bien cualquier intelectual que se precie de tal podría suscribir.

El libro de Borda en sus numerosos capítulos incluye temas como la fisonomía y personalidad del prócer, hechos históricos como el reemplazo de San Martín, los pequeños combates, la impotencia de Pezuela y la división de las provincias del Norte, Puesto del Marqués, y la elección de gobernador de Güemes, los errores de Rondeau y el pacto de los Cerrillos, otro apartado respecto a Arenales, continuando con el gobierno de Güemes y los conflictos con Jujuy, el casamiento con Carmen Puch, la angustiosa situación económica de la provincia y las contribuciones forzosas, la creación del Escuadrón de los Infernales, las invasiones realistas, y la epopeya salteña.

Mujeres en guerra es otro interesante y bien planteado capítulo, aunque el autor se que-da corto en la enumeración de heroicas mujeres, indicando acertadamente Borda que “muchos nombres podemos recordar; pero la lista sería extensísima”. Continúa con un apartado que tituló Una cuestión polémica: el fuero de los gauchos, siguiendo con la estrecha relación entre Güe-mes y Belgrano, la batalla de Maipú, el plan de San Martín y Güemes; la creación de la Repú-blica de Tucumán de Bernabé Aráoz, el conflicto entre Santiago del Estero y Tucumán y el per-juicio que ocasionó en los planes de Güemes. En fin, la Patria Vieja y la Patria Nueva, conspira-ciones. Espacios dedicados al coronel Jorge Enrique Vidt, a la emboscada fatal y a su agonía y muerte, como a las repercusiones y consecuencias de su muerte. Un libro como decíamos al principio, considerablemente interesante y completo.

Debemos destacar la reflexión aludida respecto a los caudillos, cuando el autor diferencia claramente la denominación de caudillo como jefe y líder conductor. Dice Borda que entre los caudillos se destacan Martín Güemes, Estanislao López, Francisco Ramírez, José Artigas y Facundo Quiroga, entre otros que comandaban sus provincias con mano de hierro. Si leemos exclusivamente el párrafo anterior, puede quedar confuso por la mixtura de nombres, pues Güemes se ha diferenciado sustancialmente de otros caudillos, su misión y objetivo era lograr la libertad a través de un plan integracionista americano y aquí debemos hacer un paréntesis. El empeño puesto por Güemes dice atinadamente Borda “fue desoído una y otra vez por los caudi-llos del litoral, quienes enceguecidos por su inquina a Buenos Aires, no quisieron involucrarse en la gran empresa nacional”.

Julio Borda, se pregunta si la actuación del prócer salteño fue similar a la del resto de los caudillos y es clarísimo que no. Sería inadecuada desde todo punto de vista una comparación con Güemes entre caudillos como Facundo Quiroga o Felipe Varela por nombrar solo a dos. La historia ha demostrado las incompatibilidades. Bien señala el autor que las dotes de Güemes como estadista y fino estratega eran muy superiores a la del resto de los caudillos que se trenza-ban en dura pelea con Buenos Aires, haciendo especial hincapié en que el objetivo de Güemes no se reducía a una crisis doméstica, pues el prócer no aspiraba a conseguir la autonomía de su provincia, sino que tenía en miras una cuestión más trascendente y con un verdadero sentido americanista: el plan combinado entre el salteño y San Martín con el fin de conseguir la eman-cipación de la América toda, es la prueba más clara de la visión continental del prócer.

Es oportuno mencionar aquí –a fin de desmitificar opiniones adversas-, conceptos de nuestro libro Vínculos y mestizaje en torno al general Güemes: Hay que decirlo, Güemes era rico, un terrateniente como lo definirían hoy, de principalísimas familias. Por el lado de su ma-dre, los Goyechea, fueron en su época una de las familias con mayor poder político y económico del Tucumán, y los Argañarás descendían nada menos que del célebre conquistador y tercer fundador de San Salvador de Jujuy, el capitán don Francisco de Argañarás y Murguía, es decir que Güemes era descendiente de los beneméritos fundadores y sus venas llevaban también la sangre de la tierra, a través de entronques con varias indias. Así y todo el general don Martín Miguel de Güemes y Goyechea, era venerado por sus gauchos y aclamado por ellos, como “el padre de los pobres”, “jefe” y “paisano”.

Se dedica en Guardián del Norte un capítulo a los nobles gauchos salteños señalando el coraje y el arrojo, su valentía y lo orgulloso de su origen. Destacándose la creación del Escua-drón de los Infernales y el fuero de los gauchos: los gauchos salteños, que fueron tan distintos a los de La Pampa. Omite el autor, no obstante, el justo reconocimiento a destacados líderes sal-teños que sobresalieron por su patriotismo y bravura en las constantes campañas de acciones bélicas e imprevistos encuentros, y que acompañaron a Martín Miguel de Güemes, en la vanguardia del Ejército Auxiliar del Norte, que éste había creado a través de un ejército con carac-terísticas propias, sumamente disciplinado y que se fue reforzando con los voluntarios de la División de Tarija, las Milicias del Valle de Calchaquí y el Escuadrón de los Salteños, faltó pues que desfilaran los nombres de los Díaz, Lea y Plaza, Ruiz de Llanos, Saravia, Cornejo, Arias, Puch, Gorriti, Quintana, Zerda, Alvarado, Navamuel, Torino, López, Figueroa, Burela, Zavala, Peñalva, o los Corro, entre otros. Sin embrago, no responsabilizamos al autor por esta negligencia, ya que es tan común en toda la bibliografía güemesiana como en la historiografía de la mayoría de los que se han ocupado de las diferentes épocas y etapas formativas del país. Estamos acostumbrados y los salteños y argentinos gozan en consecuencia de una notable igno-rancia. Por eso advertimos y felicitamos a quien escribió este nuevo aporte, deseándole el mejor de los éxitos.
 






Comentario de "Argentina, señorío y esplendor": Una excelente reseña: felicitamos a su autor, Rodolfo Leandro Plaza Navamuel (Salta). La omisión de tantas figuras de peso en la historia regional y nacional es un buen tema para profundizar. Muchos de ellos fueron patricios hacendados que cumplieron funciones de gobierno y militares, a semejanza de Güemes. Los hay en todas las provincias antiguas. De éstos, una buena cantidad fueron eliminados en las guerras civiles, y no es por casualidad. De alguna manera se puede afirmar que esto se debió en gran medida al intento de privar el país gradualmente de esos hombres independientes y representativos. Su falta la sufrimos hoy ante las minorías totalitarias enseñoreadas en gran parte del continente. No hay que olvidar que por detrás de la historia visible, se movieron sociedades secretas, con planes de largo alcance. 

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