Foto antigua de la Cruz del Padre Aimón (ver más abajo) |
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Boletin “el alferez” – SAÑOGASTA -
marzo de 2016
ISORA, FRAY
AIMÓN Y LA CRUZ
QUE MIRA AL SALIENTE
Sañogasta, Semana Santa de 2016
“Me confesé por primera
vez con un sacerdote muy santo que vino, el Padre Aimón, porque antes no me sentía llamada a
hacerlo con ninguno…”.
Isora Ocampo (Sor
Leonor de Santa María O.P.), monja sañogasteña con proceso de canonización en
curso – Monasterio de Santa Catalina (Córdoba)
Son recuerdos de infancia
de Isora María del Tránsito Ocampo,
sañogasteña que desde niña comprendía las verdades de la Fe y la Historia
Sagrada, gustaba de la oración, el silencio y el sosiego.
A los 26 años entró en el
Monasterio de Santa Catalina, en Córdoba,
como religiosa de clausura, adoptando el nombre de Sor Leonor de Santa
María. Posteriormente escribió sus memorias por orden de su confesor, que
advirtió su santidad. En ellas evoca la
ocasión, tan importante, de su primera confesión, como leemos en el inicio de
estas notas.
← La
cruz protectora que el Padre Aimón plantara en 1850 en el Alto de la Iglesia,
foto antigua publicada en “La Rioja – El
color en la inmensidad”, de Pablo A. Fontán, Direcc. de Cultura y Turismo,
1946.
↑ La
histórica cruz en la actualidad (2016)
Década de los años 1840:
Isora, hija del conocido político
Amaranto Ocampo y de Solana Brizuela y Doria, nació en “La Pampa”,
puesto de cría de hacienda en el Famatina. Fue refugio de su madre con sus
hijos menores, para darla a luz un 15 de agosto, día del “Transito de la Virgen
al Cielo”, en 1841.
La persecución en esa
época de guerras civiles era terrible; asesinaron a su abuelo don Ramón en la
Sierra de Vilgo y doña Solana debió peregrinar para rescatar a dos hijos
secuestrados. Hija única, debió hacerse cargo del Mayorazgo de San Sebastián de
Sañogasta ante la muerte de su padre. Por su salud quebrantada falleció; Isora
de 8 años, vivía con sus hermanos en la casa grande de El Bajo de la Iglesia.
Un día llegó el Padre
José Aimón. Lo recibieron en la casa. Isora lo atendía; conversaban sobre los
santos, el Cielo, la Virgen María, los ángeles. ¡Tenían fibra de héroes
católicos! El venía exiliado de España por una ley inicua que expulsaba a los
religiosos. Llegó a Chile y pasó a Mendoza. Por su gran devoción a la Pasión
del Señor construía calvarios. En La Carrodilla, para ayudar la obra, daba por
penitencia horas de trabajo. Siguió camino hacia el oeste riojano, aunque los
feligreses temían por su salud. Les
El Padre Aimón,
evocado en un dibujo
prometió que si Dios lo
llamaba, les enviaría un mensaje. Y se despidió.
Caminando o en mula
recorrió su nuevo destino dejando su prédica y halo de santidad. Al pie de la
Cuesta, en Aicuña, construyó otro
calvario en un alto magnífico, ideal para alabar al Creador de la grandeza de
los cerros, de la belleza del paisaje con
cielos azules y dorados, y la tierra rojiza. Está de pie y los rezos de
la Vía Sacra se hacen con devoción.
Año 1850: caminando,
llegó a Sañogasta, como lo cuenta Isora.
En El Alto, en la iglesia
centenaria de la Virgen de la Candelaria y San Sebastián, nos quedó el recuerdo
del Padre en la Cruz de algarrobo que –a ejemplo de San Francisco Solano-
plantó frente a la puerta principal, mirando hacia el saliente, testigo
silencioso del calvario que construyó, pero no llegó a nuestros días. El santo
misionero se quedó largo tiempo, ¡porque tenía mucho que hacer!
Encontró que la Iglesia
de San Sebastián, hecha por Pedro Nicolás de Brizuela en 1640, “Vice Parroquia
del Curato de Famatina”, con su galería de arcos mirando al norte, estaba intacta. Don Ramón, abuelo de Isora, había iniciado la
construcción de una nave mayor, ya casi
terminada, y la galería de arcos que abren hacia el sur, con las paredes a la
altura de un metro.
Una ceremonia
llena de significado: los Alféreces a caballo honran la cruz del Padre Aimón
(1850), mientras hacen la venia al Santísimo Sacramento frente a la puerta
principal de la Iglesia (3 de febrero de 2016)
Este sañogasteño, ex
gobernador de La Rioja que diera la autonomía a la provincia en1815, había sido
asesinado por fuerzas adictas al gobierno de
Rosas, en la Sierra de Vilgo. en el año 41. La gente de la hacienda lo
rescató y, envuelto en un cuero vacuno, lo enterraron en la galería antigua de
la Iglesia. Las persecuciones eran constantes
y don Amaranto, su yerno, seguía exiliado. Los trabajos en la Iglesia
quedaron interrumpidos. El Padre Aimón
se quedó para impulsar la terminación.
Su apostolado no paraba en el
pueblo y apuntalaba moralmente a la familia que lo hospedaba.
Cuando la obra estuvo
terminada, se despidió. Llegó a Famatina, donde quedaron tradiciones orales,
porque los milagros del Padre Aimón eran notorios. Al igual que San Francisco, tenía un notable
dominio sobre la naturaleza. Era tan grande su sacralidad en las ceremonias
religiosas y su amor al Santísimo Sacramento, que cuando celebraba la Misa, en
el momento de la consagración entraba en
éxtasis; se elevaba y quedaba suspendido en el aire por algunos minutos;
contagiados por tal fervor sobrenatural, los feligreses sentían la Presencia de
Dios y nunca lo olvidaron.
Un toro bravo se había
escapado del corral, y bufando furioso volteaba y lastimaba a quienes
encontraba. Escuchando el bullicio, salió de la Iglesia y vio al animal
enfurecido en la plaza. Cruzó, se le acercó, la gente desesperada creía que lo
verían destrozado; levantando la Cruz de
su rosario y mirándolo fijo el Padre le mandó obediencia. Pidió que lo ataran y
llevaran a su corral; el toro mansamente se dejó conducir.
Su viaje continuó hacia
Catamarca, hasta la misión franciscana de Ambato. El Padre llegó y se instaló.
Construyó otro calvario en la “Chacrita de los Padres”. La senda sube por una
lomada con capillitas blancas que tienen la belleza de lo simple y auténtico.
Flota en el ambiente la sacralidad que imprimía a todas sus obras por la Gracia
de Dios.
Un día, en La
Carrodilla, las campanas tocaron a
duelo. ¡Nadie había en el campanario!
Los fieles entendieron: “el padre Aimón murió, nos está mandando su
mensaje de despedida”. Rezaron por él,
hicieron funerales y conservan su recuerdo venerable y las estaciones del via
crucis. Aicuña también mantiene el
tesoro de su calvario. En Sañogasta está
de pie la Cruz del Padre Aimón y la
galería de la Iglesia mirando hacia el sur, que él se empeñó en terminar. Debemos venerar esa bendita Cruz, que
comienza a dar señales de los vientos, los soles y el tiempo. Frente a ella
también rezó de rodillas Isora, la devota niña, futura monja, que dejó
testimonios escritos sobre su vida, y su proceso de beatificación está en curso
en el Vaticano.
La Cruz plantada frente a
la Iglesia reunió dos vidas santas en Sañogasta y nos trae el
mensaje de Fe y devoción de una Sierva de Dios
y de un fogoso misionero. Cada año, en las fiestas patronales del
pueblo, los alféreces a caballo galopan alrededor de la Cruz que mira hacia el
saliente, para rendir homenaje a esta reliquia protectora, al Santísimo
Sacramento y a los Santos Patronos. Es parte imprescindible de nuestra
tradición ancestral.
FUENTES
Libro de visitas pastorales de la Parroquia de Chilecito con
antecedentes de la ampliación de la Iglesia de San Sebastián de Sañogasta en
1850; archivo parroquial de Chilecito.
Dr. Gilberto Vega: “Fray José Aimón: un santo en el oeste riojano”,
artículo publicado en el diario “El Independiente”, el 12/VI/1994, pag.
8/9, basado en publicaciones varias del
diario Los Andes de Mendoza y otras fuentes citadas.
Dr. Armando Ocampo: “La Capilla de San Sebastián de Sañogasta”,
artículo publicado en la Revista de Historia y Letras de La Rioja, N° II, año
II, 1943; incluye fotos de antiguos documentos con su correspondiente
transcripción.
Sor Leonor de Santa María Ocampo, O P: “Memorias”, copia fiel del
original de sus manuscritos, con certificación, cuyo original se encuentra en
el Convento de Santa Catalina en Córdoba.
Fray Justo Fernández Alvarez O P: “Un Monasterio y un alma”,
incluye las “Memorias” de Sor Leonor; Córdoba,
1940 (no figura editora)
Sra. Carmen Sierra de Boleas: relatos escritos inéditos, y
versiones transmitidas oralmente en Famatina sobre el Padre José Aimón.
Tradición oral de la familia Brizuela y Doria.
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BOLETIN
“EL ALFEREZ”
Sañogasta – La Rioja
Nº 3/16 - Marzo de 2016
Vea estas fotos a todo color en el blog “Argentina, señorío y
esplendor”
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bastiondelnorte@gmail.com
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