Continuamos difundiendo esta ponencia, presentada en la Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia, que tiene como fin profundizar el conocimiento de las esencias sagradas de la Cristiandad y la lucha, en el mundo neopagano de nuestros días, por su restauración
Pasemos a otras intervenciones notables, ahora de Santos Doctores de la Iglesia que nos dejaron exquisitas enseñanzas para la Civilización Cristiana.
Pasemos a otras intervenciones notables, ahora de Santos Doctores de la Iglesia que nos dejaron exquisitas enseñanzas para la Civilización Cristiana.
SAN
AGUSTIN, en su obra la “La
Ciudad de Dios”, nos explica claramente algo de lo que hoy se
habla mucho, pero no se logra: “La paz –dice- es la tranquilidad del orden”,
entendiendo que el orden es la recta disposición de las cosas según su fin.
Gobernantes y gobernados tendríamos que prestarle mayor atención a San Agustín.
San Luis
Rey de Francia, a menudo solía invitar a comer a su amigo SANTO TOMAS DE
AQUINO, y hacía anotar por un
escribiente las ideas geniales que brotaban
de esa mente bendecida. Una de ellas era la siguiente: La intención de
cualquier gobernante debe procurar la salud del pueblo que tomó bajo su mando,
siendo el bien y la salud de la sociedad: la unidad, que es la paz, sin la cual
desaparece la utilidad de la vida social. La paz social -dice- no es materia de
consejo para el gobernante, como no es materia de consejo para el médico la
salud del enfermo; lo que sí es materia de consejo son los medios para conseguirla. Propone un
régimen mixto de gobierno: rodear la monarquía de aristocracia y democracia
para evitar el absolutismo tiránico, un régimen modera al otro y todos participan.
En primer lugar pone a la monarquía, porque es más útil el gobierno de uno que
de muchos. “…todo régimen natural –dice Santo Tomás- obedece a un solo
principio, pues entre la multitud de los miembros hay uno que mueve a los
demás, es el corazón; y entre las partes del alma hay una facultad que mueve a
las demás, es la razón. También las abejas tienen un rey, y en el mundo universo
un solo Dios es el autor y gobernador de todo. Todo es muy razonable pues toda
multitud deriva de la unidad.” Luego de
muchas otras disquisiciones Santo Tomás concluye: “…la multitud es mejor
gobernada por uno que por muchos” (Suma Teológica I, 103). Recordemos que San
Agustín dice que solo hay paz cuando cada cosa está ordenadamente dispuesta para
su fin. Esto complementa lo de Santo Tomás.
San Buenaventura, el Doctor seráfico,
enseñó a llegar a Dios a través de lo maravilloso
SAN
BUENAVENTURA fue gran amigo de Santo Tomás y tenían largas y medulosas
conversaciones. Cierta vez Tomás le preguntó en qué libros alimentaba su exquisita sabiduría;
mirando al Cristo que pendía de la pared le contestó: “de El”. La filosofía de
este coloso santo se basa en la
afirmación de que es imposible para la razón natural alcanzar la plenitud de la
verdad, en el estado de naturaleza caída, sin la gracia de la Fe, sin la revelación. La razón
cae en el error cuando se detiene en las fuerzas naturales recusando el llamado
de la gracia. Apoyada en la Fe,
la razón es capaz de alcanzar la plenitud y el equilibrio; nadie llega a la
sabiduría sino por la gracia, donde inciden la acción de Jesucristo, la Virgen María y la Iglesia Católica.
La filosofía pagana –dice San Buenaventura-
puede alcanzar una cierta verdad y un cierto bien, pero es insuficiente
para alcanzar la verdad y el bien en plenitud, que son su fin último, porque no
conocen a Jesucristo, ni a la
Medianera de todas las Gracias, ni a la Iglesia Católica.
Usa una comparación que hace mas clara
la idea: la filosofía pagana es como las alas del avestruz: le sirven para
correr, pero no para volar. Otra
conclusión de este pensador lleno de Gracia, es que no vemos el mundo como un
espejo que refleja las perfecciones de Dios, sino que las vemos parcialmente
por el pecado de la revolución, que hace que nos consideremos el centro de todo, y eso es una sabiduría carnal,
mundana, hasta demoníaca. En cambio cuando percibimos que el mundo es un espejo
que refleja a Dios, cuando la
BELLEZA de las criaturas, la VERDAD y la BONDAD se manifiestan,
percibimos instintivamente a Dios, que es la causa de estos atributos absolutos
suyos que El quiso que trasciendan a lo
creado.
(continúa)
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