En el Norte argentino, la tradición viva manifiesta los deseos profundos de la población. En el "tinkunaco" de La Rioja, desde el siglo XVI, el Inca le entrega al gobernante el Evangelio, diciendo: "Por esta ley queremos ser gobernados"
Las audiencias para debatir el Anteproyecto de reforma del Código Civil impulsado por el Poder Ejecutivo Nacional nos dan ocasión a los ciudadanos de hacer oír nuestra opinión sobre un cuerpo jurídico que, de ser aprobado, afectará a fondo la vida de cada niño, joven o adulto de nuestro País y todo su ordenamiento legal y político-social.
Les agradecemos a los señores legisladores la buena predisposición de oír al pueblo, ya que quienes legislan y gobiernan siempre deben oír a la opinión pública verdadera, la que no es creada artificiosamente mediante dinero, presiones políticas o censura.
La iniciativa es acorde al sistema que nos rige, cuyo federalismo tan encomiable y benéfico sin embargo muchas veces no se expresa en los hechos políticos; permite que las distintas jurisdicciones puedan ser tenidas en cuenta e influir en cuestión tan grave para los destinos del País, no en base a un criterio meramente numérico sino a la construcción pluri-centenaria (que comenzó con la fusión cultural y étnica, en la Argentina fundacional) de una nación conformada por “provincias unidas”.
Provincias que forjaron la Nación y que, por la distancia de la capital, por el centralismo que tanto daño hizo, y por la concentración poblacional desproporcionada en unos pocos grandes centros, parecen pesar muy poco a la hora de tomar decisiones que afectan a todos los argentinos. ¡Qué responsabilidad de los legisladores ante el País, ante Dios -“fuente de toda razón y justicia” de acuerdo a la Constitución Nacional-, y ante la historia! Queremos estimularlos a que lo hagan de acuerdo a las mejores ideas y tendencias de nuestro pueblo.
Se dice de la región Noroeste que es la matriz cultural de la Argentina. No se trata de localismos mezquinos sino de grandes verdades históricas: fue la primera Gobernación –“del Tucumán”-, que contó con el primer Obispado, y la primera Universidad, la de Córdoba del Tucumán, hechos fundacionales ocurridos en los siglos XVI y XVII que dejaron hondas huellas.
Por eso la Dra. en Historia Amalia Gramajo de Martínez Moreno, santiagueña, habla de “el pueblo del Noroeste”. Y puesto que en el Noroeste estamos hagamos referencia a un hecho cultural reciente de esta región que es síntoma de que esa continuidad espiritual -silenciada por el centralismo de ayer y de hoy- continúa vigente. Doce años atrás, mediante ley provincial 6945 del año 2000 se oficializa el Himno de la Provincia de La Rioja, que sintetiza verdades históricas que es oportuno recordar, porque reflejan un sistema de valores y creencias y un estilo de vida muy arraigado en toda la región que, -dice su letra- “escuchando el violín de Solano, su palabra bendita aprendió”.
Alude así al gran forjador social, al gran evangelizador y taumaturgo del Noroeste, San Francisco Solano, que aquí en Salta, en la región del Esteco, donde se encuentra la vigorosa vertiente que hoy mana abundantemente, que hizo brotar para que los naturales de la zona pudieran vivir libremente de su producción fundó ‘una Cristiandad de 50 pueblos de indios’. El manantial se encuentra no lejos de la Iglesia que lleva su nombre, en El Galpón, Departamento Metán.
El mismo fue autor de la conversión al catolicismo de 9.000 diaguitas, en aquel memorable encuentro o tinkunaco que celebran en La Rioja los descendientes y continuadores de naturales y españoles desde tiempos inmemoriales, en que el pueblo, por medio de su Inca, entrega al Gobierno el Evangelio, y le dice, en un gesto lleno de significado: “por esta ley queremos ser gobernados”.
(continúa)
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