domingo, 17 de mayo de 2009

LA CAPILLA REAL DE LA CATEDRAL DE SEVILLA, por Gustavo Sorg






LA CAPILLA REAL DE LA CATEDRAL DE SEVILLA

por Gustavo Sorg

Sevilla fue una de las ciudades que no podía dejar de visitar en mi reciente viaje, tenía que cumplir mi deseo de transitar por aquellos emblemáticos edificios por los que deambularon los conquistadores que se aventuraron a las distintas partes de América.

A mi llegada a Sevilla, con sorpresa encontré la ciudad sumida en una profunda calma, mientras recorría los pintorescos callejones del barrio de Santa Cruz me topé con una señora a la que pregunté cual era la razón por la que la ciudad estaba tan tranquila y sus comercios cerrados, amablemente me informó que la noche anterior había sido festiva y que hoy comenzaba la Feria de Sevilla, le pregunté entonces como llegar hasta la Catedral y fue en ese momento que me enteré que en ella se conserva el cuerpo incorrupto del Santo rey San Fernando III, conquistador y patrono de Sevilla. Desde ese momento fue mi anhelo conocer su sepulcro y lo primero que hice fue dirigirme a la Catedral que afortunadamente estaba abierta al público, recorriendo su interior me enteré que el cuerpo de San Fernando se encontraba en la Capilla Real, que es también Panteón Real, y que su visita estaba restringida a los turistas, pues era una Capilla destinada al culto y en ella se celebraban misa en diferentes horarios. Programé entonces mis actividades para poder asistir mas tarde a la misa que se celebraba a las 17 hs.

Llegada la hora, concurrí a la Capilla Real donde tuve que acreditar que venía a presenciar la misa, al ingresar noté que junto con mi esposa éramos los primeros en llegar, así que pude disfrutar con tranquilidad de su esplendor por algunos minutos. Me encontré con una hermosa Capilla que tenía su altar dedicado a la Virgen de los Reyes, Patrona de la Archidiócesis de Sevilla, delante de cual se encuentra una imponente urna de plata maciza, diseñada por Carlos de Herrera y labrada por el orfebre jerezano Juan Laureano de Pina, dentro de la cual descansaba el cuerpo incorrupto del rey San Fernando.

La peana sobre la que descansa la urna, que es de jaspe rojo, se encontraba revestida de varios tarjetones de metal dorado con inscripciones, y entre todos me llamó la atención uno que decía lo siguiente:

D. T. V. 0. M. AE. T. S.
(Que significa: Dios Trino, uno, omnipotente, máximo, eterno tres veces Santo)

Esta urna defiende de la ambición piadosa de los ojos el tesoro más precioso de Sevilla: el cuerpo santo incorrupto del señor rey de Castilla y de León san Fernando, tercero de este nombre, y primero en la fama. Nació año de nuestra salud restituida M.C.XCVIII., hijo de los señores reyes don Alfonso de León, y doña Berenguela, primogénita del ínclito rey don Alfonso de Castilla el nono. A los XVIII obtuvo el cetro de Castilla, y a los XXXII heredó el de León, y después que domó los rebeldes con la piedad, venció sus enemigos con la justicia, para triunfar de los de Cristo con la religión. Sus victorias fueron cálculo de sus méritos, y sus méritos no hallan capacidad en el número para sus trofeos, Coronó sus glorias militares redimiendo del bárbaro yugo sarraceno esta ciudad de Sevilla, antiquísima emperatriz de las Españas, año del Señor M.CC.XL.VIII., día XXIII de noviembre. Llenó sus meritos purificando para Dios de la abominación mahometana el templo primera metrópoli del cristianismo español; y no pudiendo merecer mas en la vida del tiempo, pasó á gozar en la eternidad los inmortales laureles, que conquistó su heroico y singular zelo, á los LIIII años de su edad, en el de M.CC.LII., día XXX. de Mayo. Declaró su culto la santidad de N. Bmo. P. Clemente X, de feliz memoria, año del Señor M.DC.LXXI.,y en obsequio de su décimo cuarto gloriosísimo santo abuelo, la piedad fervorosa del señor rey don Carlos II promovió en esta costosísima urna el suntuoso relicario y depósito para su incorrupto cuerpo, cuya dichosa solemne colocación reservó el cielo para el feliz reinado de su décimo sexto nieto el señor rey don Felipe V el animoso, que acompañado de la señora reina doña Isabel Farnesio, de los serenísimos príncipes de Asturias don Fernando, y doña Maria Bárbara de Portugal, y de los señores infantes de Castilla don Carlos, don Felipe, don Luis, y doña Maria Teresa, con ejemplar nunca vista majestuosa edificación, llevó por las calles de Sevilla el santo cuerpo triunfante de la corrupción, en la solemnísima procesión celebrada el día sábado XIV de mayo del año de M.DCC.XXIX.

El Santo rey Fernando III falleció el jueves 30 de mayo de 1252 a la edad de cincuenta y cuatro años no cumplidos, su cuerpo fue sepultado inicialmente en la capilla de nuestra señora de los Reyes de la iglesia de Santa Maria, donde estuvo hasta el año de 1579 en que fue trasladado junto con sus esposa doña Beatriz y su hijo Alfonso a la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, traslado que se realizó el 14 de junio de 1579 con una imponente procesión en la que se halló presente el conde del Villardonpardo don Fernando de Torres y Portugal portando la espada del santo rey.

Fue al momento de trasladar sus restos mortales que se advirtió por primera vez su incorrupción, su cuerpo se encontraba entero, sano, sus miembros juntos, sus huesos unidos, su piel y carne tratable, su cabeza, nariz, orejas y dientes sin disminución y sus vestiduras sin lesión, en contraste con los cuerpos de la reina doña Beatriz y del rey don Alfonso del Sabio que se encontraban consumidos, desbaratados y deshechos. Se advirtió además que su cuerpo exhalaba un aroma desconocido y maravilloso.

Las suplicas para su canonización comenzaron en el año 1624 por pedido del procurador mayor de Sevilla don Juan Ramírez de Guzmán, a la que se accedió en el año 1671 gobernando la Santa Iglesia el papa Clemente X. El traslado a la urna de plata en la que hoy descansan sus restos fue realizado el 14 de mayo de 1729.

Debajo de la urna de San Fernando se encuentra una cripta con los restos del rey don Pedro I de Castilla (el Cruel para unos y el Justiciero para otros), su hijo don Juan y doña María de Padilla, así como los restos de los infantes don Fadrique, don Pedro y don Alfonso. En los muros laterales de la Capilla se encuentran los sepulcros de doña Beatriz de Suabia, esposa de San Fernando, y don Alfonso X el Sabio, hijo de don Fernando III el Santo.



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