sábado, 27 de abril de 2013

San Luis María Grignion de Montfort, un profeta con mirada de águila, martillo de la Revolución Igualitaria Universal - Festividad: 28 de abril




San Luis María Grignion de Montfort, un profeta con mirada de aguila que fue martillo de la revolucion igualitaria universal


                      El arte renacentista muestra el profundo cambio temperamental y de costumbres que caracterizó la primera eetapa de ruptura con la Civilización Cristiana - Hacer click en las imágenes para agrandarlas
La Revolución gestándose en la Europa de los siglos XV, XVI  y XVII
- El Renacimiento
Instalado en Europa trajo sed de opulencias y placeres;  ocuparse mucho más de las cosas de la tierra y subestimar las cosas del Cielo.
Declina la influencia de la religión en las mentalidades individuales y sociales. Hay indiferencia más antipatía y hasta hostilidad hacia la Iglesia.
Crece el protestantismo, el racionalismo y el escepticismo. Nace el libre pensamiento.
La política se hace laica. La sociedad orgánica y cristiana va siendo absorbida por el absolutismo de Estado y va menguando la influencia de la religión en todos los estamentos de la sociedad, principalmente en las élites, que adoptan costumbres más frívolas, más libres, más fáciles.
Esto va ganando todos los ambientes. La sed de placer y de lucro aumenta. El mundanismo inunda, llegando incluso a algunas casas religiosas. Los tentáculos del mercantilismo se extienden para dominar toda la existencia humana.
- Es el Humanismo
Doctrina neopagana propia del Renacimiento que contiene las características señaladas. Su influencia se nota en todos los campos. El cuadro es parecido al de nuestros días pero no totalmente equiparable. Es que la Cristiandad generada en la Edad Media fue robusta, y quedaban fermentos vivos en las tradiciones, las leyes, la sociedad orgánica y cristiana.
La monarquía absoluta presagiaba el socialismo moderno, pero todavía los reyes eran “por la gracia de Dios”, se consideraban padres de sus pueblos en el buen estilo de San Luis IX, Rey de Francia. La vida se había secularizado pero existían vestigios de la Cristiandad. Si bien la sociedad era mundana, las disputas entre jesuitas y jansenistas tenían una resonancia enorme, que no la tendrían hoy.
En las costumbres frívolas generales había excepciones importantes. Por ejemplo: en el propio trono de Luis XIV, sus escándalos fueron reparados por su enmienda de vida después de su segundo casamiento (con Mme. de Maintenon). Mademoiselle de La Vallière hizo penitencia en el Carmelo; Mme. de Montespan murió cristianamente; el nieto de Luis XIV se destacó por sus virtudes; Madame Louise de France y la princesa Clotilde de Saboya, ambas hijas del rey, murieron en olor de santidad.
A pesar de las analogías del siglo XVI y el XX, había gran diferencia pues, en el anterior, la vida política  y social no estaba enteramente laicizada y paganizada.
En los siglos XVI, XVII y XVIII, los fermentos generados por el neopaganismo renacentista-humanista se hacen más vigorosos. Esto trajo la catastrófica explosión de 1789.
Ahora bien, aparece en este proceso histórico un gran profeta, San Luis María Grignion de Montfort…


Un profeta con “mirada de águila” fue “martillo de la Revolución”
El profeta suscitado por Dios tan oportunamente tuvo mirada de águila para prever en profundidad la crisis religiosa que se venía gestando como fruto contaminador de la Revolución (n.: ver más abajo qué es la Revolución): la implantación del laicismo de Estado, la preeminencia de la “diosa” razón, la masacre y deportaciones de sacerdotes y religiosas, el cautiverio y muerte del Papa Pío VII, la confiscación de los bienes de la Iglesia, el divorcio, y mucho más…
Nuestro Santo fue, contra todo eso, un verdadero guerrero y misionero. Fustigó el neo-paganismo e hizo cuanto pudo para apartar a los fieles de los errores del Renacimiento. La región evangelizada por él quedó inmunizada de aquellos males; tanto fue así que se levantó en armas contra el gobierno republicano anticatólico. Fue la “chouannerie”, la reacción de la Vendée.
Su acción era restauradora; su prédica enfervorizaba, era hondamente mariana, fiel a la doctrina y los mandamientos de Nuestro Señor Jesucristo, a los sacramentos, al Santo Rosario.
Su fogosidad encendía; su austeridad edificaba; su fidelidad a la Iglesia convencía. ¿Cómo hubiera sido la historia de Francia si le hubieran permitido actuar libremente? Su eficacia, por la gracia de Dios, enfurecía a los espíritus contaminados neo-paganos de la propia Jerarquía católica, a los jansenistas y a los calvinistas.
Se desató entonces una persecución abierta. Prelados, clérigos y laicos aprensivos contra la severidad de la Santa Sede en relación a estas dos sectas, en cambio deseaban penalidades contra San Luis María y no ahorraron humillaciones y hostilidades en su contra. Fue privado de misionar en casi toda Francia porque era como un martillo para la Revolución; solamente en dos diócesis le fue permitido predicar.
El Santo sintió el odio anticatólico disfrazado con ropajes de piedad; pero no se perturbó y luchó hasta el fin. Dejó su ejemplo; dejó obras escritas extraordinarias, que tienen plena vigencia y son imprescindibles para nuestros días. También dejó su profecía de una grande y universal victoria de la religión católica para tiempos venideros. ¡Una gran esperanza!
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La Revolución gnóstica e igualitaria es el proceso plurisecular de destrucción gradual de la Civilización Cristiana, que tuvo como etapas tres Revoluciones: la pseudo-Reforma protestante y el Renacimiento (I), la Revolución Francesa (II) y el Comunismo (III); la explosión de la ‘Revolución Cultural’ de La Sorbona, en 1968, fue expresión de la IV Revolución, anárquica, amoral y panteísta, que completa la obra destructora de las anteriores en un proceso de permanente radicalización (cf. “Revolución y Contrarrevolución” del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, edición online Una obra clave: Revolución y Contra-Revolución  http://rcr-una-obra-clave.blogspot.com/   ).
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 En el affiche: I) El Marqués Henri de la Rochajacqueleine, héroe vendeano - II) Salones del Antiguo Régimen y Luis XIX III) Los falsos profetas de la Revolución Francesa (Rousseau - Danton) y la guillotina - Hacer click en las imágenes para agrandarlas
Clarividencia y virtudes de San Luis María
Durante los 43 años de vida del Santo, Europa vivía su última etapa de estabilidad, tal vez la más brillante.
La monarquía gobernante de los Borbones y los Habsburgo daba en casi todo el orbe católico la sensación de seguridad general. Creaba una atmósfera de distensión -a pesar de los reveses militares de Luis XIV- basada en la estabilidad de las instituciones, la riqueza natural del país, su brillo cultural y social; en una palabra, “douceur de vivre” (n.: suavidad, dulzura de vida).
En este ambiente, de pronto llegaron noticias que produjeron inquietud, sorpresa y desprecio en el ánimo de personalidades encumbradas: en la Bretaña y otros lejanos pueblos, un sacerdote llamado Luis María Grignion de Montfort, con elocuencia sin par, conmovía las ciudades y los campos, predicando un terrible y extraño porvenir para Francia.
Y era así, con una “Oración Abrasada” que denunciaba: ‘La ley divina quebrantada, el Evangelio abandonado, torrentes de iniquidad inundan la tierra desolada, la impiedad sobre el trono, el santuario de Dios profanado y la abominación hasta en el lugar santo’.
Clamaba al Señor por venganza y justicia: ‘¿Vendrá todo, al fin, a ser como Sodoma y Gomorra? ¿Os callaréis siempre, Señor?’
Denunciaba: capitanes, potentados, navegantes, mercaderes, ladrones, impíos, borrachos y libertinos, todos unidos, congregados para hacer la guerra bajo el estandarte y el comando del demonio.
Gritaba: ‘Fuego en la casa de Dios, fuego en las almas, fuego hasta en el santuario. ¡Socorro que se asesina a nuestros hijos! ¡Socorro que se degüella a nuestros hermanos! ¡Socorro que se apuñala a nuestro padre!’
Entre tantos triunfalistas y optimistas prelados y estadistas, ninguno tuvo la clara y profunda visión de San Luis María.
Por detrás de las apariencias de espléndida tranquilidad, la sed de placer devoraba, el naturalismo crecía, la tendencia del dominio del Estado sobre la Iglesia se acentuaba y lo profano sobre lo religioso; hervían el jansenismo y el galicanismo y crecía la acción corrosiva del cartesianismo. Voltaire y Rousseau nacían cuando San Luis María aún vivía.
Antes de terminar el siglo, la vida plácida fue bruscamente interrumpida por los acontecimientos de 1789. Las órdenes religiosas se cerraron, los Obispos fieles fueron expulsados, una actriz era adorada como diosa razón en Notre Dame, corría mucha sangre en la guillotina…
Antes que eso llegara, San Luis María, con clarividencia sin par, compuso su “Oración Abrasada”, pidiendo misioneros para luchar hasta el fin. El mismo fue la prefigura de esos “Apóstoles de los Ultimos Tiempos”.
Tan excepcional visión de la realidad se basaba en sus virtudes:
gran celo por la verdad, gran amor a la Fe; rechazo total a las ilusiones y quimeras, no aceptación de la superficialidad y los esfuerzos esporádicos.
Su firme veneración por la Iglesia le hacía estar atento a sus esenciales intereses, a la moral pública y privada; a la conformidad de las leyes, instituciones y costumbres con la doctrina católica; a las tendencias de pensamiento de las diferentes clases sociales y a la intensidad de la vida religiosa.
Animaba la devoción de los fieles a la Sagrada Eucaristía, a Nuestra Señora, al respeto por el Papa; amaba la ortodoxia y odiaba las herejías, las sectas y todo lo que pudiera manchar la pureza de la Fe y de las costumbres. Todas estas cosas son esenciales para la vida religiosa, moral y temporal de un católico.
La decadencia de estos asuntos, raras veces se percibe. Sus síntomas son discretos pero típicos; exigen mucha atención y discernimiento para interpretarlos, y tacto para reprimirlos. Detectar esto supone seriedad de espíritu, dedicación, lucha y sacrificio.
Si hubo un hombre que no cometió el pecado de la despreocupación, ese fue San Luis María Grignion de Montfort. El vio todo. Y la crisis irremediable, como fruto de la imprevisión, y de hacer oídos sordos al profeta visionario, llegó con la Revolución.
Confusión, llanto, muerte…
Sólo la “chouannerie”, como flor caballeresca y santa que nació del apostolado de nuestro Santo, defendió el orden católico e hizo la contrarrevolución.
Fue el premio de la atención prestada por esos hombres fieles y valientes a la previsión apostólica extraordinaria del Apóstol.

Notas de nuestra Redacción basadas en artículos publicados por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira entre los años 1955-1970, que conservan plena actualidad
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IX Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia - Salta, 30 y 31 de agosto de 2013

viernes, 26 de abril de 2013

Día campero de Fe y Tradición en honor de la Virgen de la Candelaria 2013 - Por la patria argentina, católica y mariana



I N V I T A C I O N
Día campero de Fe y Tradición
en honor de la Virgen de la Candelaria
Llevada de la Virgen al Campo El Talar/Hacienda de la Candelaria este domingo 28 de abril de 2013, festividad del apóstol mariano de las poblaciones rurales, San Luis María Grignion de Montfort
Salida: Capilla de la Virgen del Valle – Barrio Chucuma – 11.30 hs.
Rezando por las intenciones de todos los devotos de la Ssma. Virgen, por este pueblo y por la Patria argentina, católica y mariana
Por la Santa Iglesia, el Papa, la familia y el niño por nacer
Almuerzo a la canasta -   Traer bebida y vajilla 
Sañogasta - Valle de Famatina -  La Rioja 

Si todos vendieran sus bienes... - Respuesta a un lector que no simpatiza con estancias ni castillos

 
 
Estimado Señor:
lamentamos que no conozca el señorío y esplendor de nuestra cultura y tradición, tan perceptibles y evidentes.
La estancia y el gaucho del título de nuestra página son elocuente muestra de un país que tuvo y tiene una clase dirigente tradicional, con la categoría como para vivir en tan espléndido castillo,  y un pueblo que a pesar de la tremenda masificación a la que se lo quiere someter , conserva personalidad y gusto por gestos épicos y actitudes elegantes.
No sabemos bien a qué se refiere su acusación de sombría y criminal a la civilización cristiana mientras cita a su Fundador, Nuestro Señor Jesucristo. El es la Luz, el Camino, la Verdad y la Vida. ¿Qué puede haber de sombrío. o criminal
en una civilización verdaderamente cristiana? Los aspectos desordenados que pueda haber son contradicciones debidas a las falencias  humanas y no al ideal de cristiandad enseñado por los Papas.
Las luminosas palabras que dirigió Nuestro Señor al joven rico deben entenderse en el conjunto de sus enseñanzas. En ella existen los preceptos y los consejos evangélicos; los primeros obligan a todos los hombres, los segundos -pobreza, obediencia, castidad- están destinados a quienes son llamados a una perfección particular, como los miembros de las órdenes religiosas.
El más básico sentido común nos muestra que si todos vendieran sus bienes y renunciaran a formar una familia y procrear, la sociedad, cuyas bases creó El mismo, no podría existir.
Cordialmente,
Argentina, señorío y esplendor


El 20 de abril de 2013 17:54, J*** escribió:

Disculpen, amigos, que no conozco eso del esplendor y señorío argentino que menta en la pag. http://argentinagrandeza.blogspot.com.ar/2013/04/san-francisco-solano-te-ha-dejado-un.html Sólo quisiera recordarle al del palacete ridículo ese que decora el título un pasaje de Lucas : Un joven rico quería saber lo que necesitaba hacer para tener vida eterna, pensando que ya estaba cumpliendo la voluntad de Dios.  Jesús le dijo: "vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, entonces ven y sígueme". (Lucas 18:22-25 ).

Creo que sí odríamos entrar no tanto en la cristiandad, que tiene sus aspectos no sólo sombríos sino hasta criminales, sino en lo crístico como tal, según el Evangelio.

Gracias por su atención,

J***

sábado, 20 de abril de 2013

San Francisco Solano te ha dejado un mensaje - IX Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia

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San Francisco Solano te ha dejado un mensaje

Hijos míos,
Soy, por gracia de Dios, el Apóstol de América, el mayor continente católico de la tierra, que lleva la marca indeleble de Cristo Rey y de mi Señora, la Virgen. Región dotada de inconmensurables territorios e inagotables recursos y atractivos, que Ellos suscitaron para realizar con esplendor el orden de una civilización cristiana, ideal válido para todos los tiempos y lugares enseñado por los Sumos Pontífices, Sucesores de San Pedro,  en la Doctrina Social y Política de la Iglesia.
Crucé los mares por merced del Rey Católico Felipe II, el vencedor de Lepanto, creador de la primera Gobernación argentina, a la que enalteció con la Sábana Santa y el escudo de la primera ciudad, Santiago del Estero. Venía huyendo de mi espirituosa Andalucía natal, abrumado por la fama de los milagros que Dios me dio el don de obrar, para glorificarlo y hacer bien a los habitantes de este suelo. Tenía sed de horizontes sin fin y de miles de almas para convertir a la Santa Fe, a las que convoqué en las selvas, cerros y valles con mi violín y mi palabra.
Recorrí a pie, palmo a palmo, desde Lima a mi jurisdicción del Tucumán, pero no resistí la tentación de atravesar el Paraná, el Paraguay y el Plata haciendo el bien, antes de volver a las amenas serranías de Córdoba y las cumbres nevadas del Noroeste.
Con mi báculo de Prelado franciscano abrí la tierra e hice brotar fuentes de agua cristalina para que el indio pudiera vivir de su trabajo, progresar y ser plenamente libre, y el hijo de españoles pudiera beneficiarse “del rocío del cielo y la fecundidad de la tierra”. Río Hondo, Trancas Viejo, El Galpón y La Rioja son testigos de ese prodigio que Dios me dio la misión de obrar en su nombre.
En las márgenes del Salado, en Santiago, Salta y Tucumán –“tierras de promisión” bautizadas al amparo de los santos por sus fundadores-, la Virgen me ayudó a formar una Cristiandad de más de 50 pueblos indígenas.
El encanto virginal de Nuestra Señora, obra maestra de la Creación, me deslumbró en Salta, y en todos se reflejó el éxtasis y el resplandor que me causó la Reina, y me acompañaron al honrarla con una ceremoniosa danza, como hidalgo que soy. Siempre la recuerdan y ejecutan mis hijos en mis fiestas patronales de El Galpón.
Dejé en nuestra Casa, en una esquina de la plaza de armas de San Miguel de Tucumán, como prenda de bendición, una de mis casullas, y otra no lejos, en la “Madre de Ciudades”, sobre el Río Dulce,  cuyas filigranas, oro, perlas y piedras preciosas reflejan los infinitos matices de Aquel que es la Belleza increada.
Hijo de San Francisco, quise todo el esplendor para el culto del Rey de Reyes ofreciéndole esas pequeñas muestras de lo que El nos dio en abundancia,  sin guardar nada para mí. Pues me bastó poder admirar esa gran catedral que es su Universo, y así me preparaba para contemplarlo eternamente en el Cielo.
En La Rioja, cada principio de año, “amanece el Año Nuevo, resplandece, resplandece, el Niño Jesús. Tu cabellera es más que el oro, oh Virgen de Copacabana” –reza mi himno del Tinkunaco. El Inca, sus ayllis y los bravos Alféreces, adoran al Niño Alcalde que les traje como Señor y protector,  y en su nombre el Inca peticiona con firmeza a las autoridades, entregándoles el Evangelio diciendo: “Por esta ley queremos ser gobernados…”
¿Qué rico significado encierra todo esto en el momento actual?
Esa ley suprema para todos los hombres es el alma de la civilización cristiana, es la base de toda verdadera civilización. Siguiéndola se atraen bendiciones y verdadero avance, abandonándola se atraen desgracias y desorden. ¡Hay que volver a ella!
Hoy en día es quebrantada por leyes inicuas y costumbres inmorales, y afrentada por hordas de insensatos capaces de profanar el Templo Santo de Dios y llamar al pueblo a la apostasía. Es hora de luchar con todas las armas del Bien y la Verdad como yo luché para fundar las raíces católicas de esta “nación de Plata”, el nombre, de franciscano sentido de lo maravilloso, de esta querida Argentina.
Te invito y convoco a considerar, evocar y sentir la justicia y  bendiciones de ese orden temporal a cuya edificación consagré mi vida, y a defenderlo con todas tus fuerzas.
IX Jornada de Cultura Hispanoamericana
por la Civilización Cristiana y la Familia
Salta, 30 y 31 de agosto de 2013

viernes, 19 de abril de 2013

Combatir la masificación y edificar la sociedad orgánica (1ª nota) - ¿Es posible una civilización cristiana en esta tierra?


 
A
l ver diariamente una realidad de inmoralidad campante en la calle y la TV, y los crímenes, los piquetes, los niños en la calle, la delincuencia juvenil, las leyes inicuas, la corrupción y la soberbia encaramadas en el poder, cantidad de realidades de un prosaísmo aplastante –viajar en un colectivo abarrotado de gente en un barrio fiero de alguna gran ciudad, o sentirnos sumidos en el paradojal vacío multitudinario de un tren donde puede pasar cualquier cosa, porque es una tierra de nadie, donde no hay nadie cerca que garantice el orden ni la seguridad…
O también sentir el peso del ambiente de encierro de un hospital donde no se ve la luz del día, con penetrante olor a fenol y
 (arriba) El ambiente de una civilización cristiana: los Reyes Católicos reciben paternalmente al Almirante Colón y le dan su bendición
(abajo) Fiestas tradicionales en la católica Baviera, Alemania

enfermeros de caras lapidarias, vestidos como robots, estar horas en una cola en alguna oficina pública, nos asalta una duda: ¿es posible que exista en esta tierra una civilización cristiana
En la Encíclica “Immortale Dei”, León XIII describió en estos términos la Cristiandad medieval: "Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. En esa época la influencia de la sabiduría cristiana y su virtud divina penetraban las leyes, las instituciones, las costumbres de los pueblos, todas las categorías y todas las relaciones de la sociedad civil. Entonces la religión instituida por Jesucristo, sólidamente establecida en el grado de dignidad que le es debido, era floreciente en todas partes gracias al favor de los príncipes y a la protección legítima de los magistrados. Entonces el Sacerdocio y el Imperio estaban ligados entre sí por una feliz concordia y por la permuta amistosa de buenos oficios. Organizada así, la sociedad civil dio frutos superiores a toda expectativa, cuya memoria subsiste y subsistirá, consignada como está en innumerables documentos que ningún artificio de los adversarios podrá corromper u obscurecer" (Encíclica “Immortale Dei”, l.XI.1885 - "Bonne Presse", París, vol. II, p. 39).
Este texto luminoso pone a salvo nuestras almas del naufragio de pensar que la Fe que nos trajo Nuestro Señor Jesucristo es una utopía irrealizable. La civilización cristiana existió con pujanza. Si existió antes, puede volver a existir ahora; y San Pío X nos llama a restaurarla constantemente pues, enseña, no está para ser inventada ni es algo en las nubes sino un orden de existencia real y necesaria.
Así, la esencia de estas Jornadas es luchar por la realización del gran ideal de la civilización cristiana, hoy más necesario que nunca. Para que las instituciones, la cultura, costumbres y leyes vuelvan a ser conformes a la ley de Dios, como lo fueron en épocas de plena vigencia de la Cristiandad, según lo enseña León XIII.

viernes, 12 de abril de 2013

En un momento de grave crisis mundial, una gran esperanza. - IX Jornada Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia

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Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de las tres Américas, manifestó su misericordiosa
predilección por este “Continente de la
esperanza”, nacido de la Europa católica.
Que Ella proteja a las naciones americanas y que éstas correspondan luchando con dedicación para instaurar en el III Milenio, el Reino de Cristo sobre la tierra, el Reino de María anunciado por San Luis Ma. G. de Montfort.
Invitamos a todos los que deseen promover una vuelta al verdadero orden, de acuerdo a la ley de Dios y a la doctrina católica, única solución auténtica para los males que amenazan al mundo actual y a nuestro país,  a participar de la IX Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia, a celebrarse en Salta, el 30 y 31 de agosto de 2013.  
Pedimos la especial protección e inspiración al Señor y la Virgen del Milagro, Patronos de Salta, para esta 9ª Jornada, sus disertantes, colaboradores y participantes.
Cordialmente,
Centro Cultural Juan Ramírez de Velasco, Gobernador del Tucumán
Informes