Acto cívico en honor del Libertador Gral. San Martín
Palabras a cargo del Prof. Luis María Mesquita Errea, por la Asociación Sanmartiniana
Evocar la figura
de San Martín y de los riojanos como Nicolás Dávila que respondieron a su
pedido de auxilio para formar el Ejército de los Andes y concretar el plan
continental es reavivar nuestras esencias, pues sin honrar sus tradiciones un
pueblo se transforma en masa carente de identidad y fortaleza.
Era un arquetipo
de hombre superior quien hacía este llamado desde Cuyo.¡El plan continental!,
modelo de sabiduría guerrera, se cumplirá venciendo obstáculos gigantescos como
la cordillera. El Gobierno le dará
facultades de “Jefe expedicionario en
tierras lejanas”, con sabor de leyenda,
clarines, estandartes al viento,
cóndores y lanzas..
Gobernador de
Mendoza pone al servicio de estos objetivos su formación de alta escuela, que suma
excelencias desde su entrada en el Seminario de Nobles de Madrid, a los 11 años
y su ingreso como cadete al regimiento de Murcia, a los 12, inicio de su vertiginosa
carrera militar. Con coraje frío y temerario gana las insignias de Teniente
Coronel peleando contra las fuerzas del Gran Corso en el berberisco campo de batalla de Bailén. De allí trae el ágil sable corvo, símbolo de arrojo
de sus épicos granaderos.
Llegado al país
en 1812
En Mendoza monta
la legendaria Maestranza, donde ni a él mismo le era dado entrar si no cumplía sus
estrictas normas de vigilancia; allí se fabrican desde cañones hasta uniformes y
objetos de piedad para sublimar con
“Cuando San Martín se hizo cargo del gobierno
de Cuyo e inició la formación del Ejército (septiembre de 1814) –dice el Cnl.
Lanús- gobernaba en
En esos tiempos
la sociedad era como una familia de familias, viviendo sin grandes lujos pero
con distinción, en una economía natural sobria y productiva, sin emisión de
moneda ni estatismo invasor. Las capitales
históricas eran ciudades-provincia con su historia, héroes y figuras típicas. Así,
En abril de 1816 San
Martín pide 50 quintales de plomo para balas y 300 suelas para monturas, artículos que, dice sólo esa provincia puede surtir…
Del Oeste riojano
y Anguinán parten100 cargas de harina superior, con sus sacos y aperos. La
caridad en
Asimismo hay
otros aportes de personal para el Ejército, fuera del que integró
Fue una hazaña
que en breve San Martín lograra tener un ejército que requeriría 10.000 mulas y
1600 caballos para cruzar los Andes, y batirse con un enemigo fogueado en memorables
batallas del Viejo Continente.
Las patricias
mendocinas y Remedios de Escalada, quieren tener lista la bandera para el día
de Reyes, como lo quiere el General. Le piden al Cristo del oratorio familiar que
la victoria acompañe su paño azul y blanco, colores de
Hay expectación
ante la inminente partida del Ejército: sólo faltan la bandera y la advocación
divina.
Los campanarios
de Mendoza inundan los aires de repiques sonoros. En
Terminada la misa
cantada con el Te-Deum, la procesión se dirige a
Rumbo a la
cordillera!, aprovechando ardides de guerra psicológica ideados por San Martín.
Alvarez Condarco
es rechazado por el Gobernador español , “por el camino más corto” ,
permitiéndole trazar un precioso croquis! Aparenta revelar a los toquis
indígenas los puntos por dónde pasarán sus fuerzas. Ufanos de la confidencia,
desparraman la falsa noticia.
Las fuerzas
fernandinas desorientadas se extienden a
lo largo de 300 leguas reduciendo su concentración.
Avanza el Gran Capitán
dispuesto a cruzar una de las cordilleras más altas del globo. Sabe que es ahora o nunca.
Vence cuatro
cordilleras intermedias. El río Los Patos lo hostiga sin piedad; la puna le
ocasiona bajas. Las cumbres de
Tales vicisitudes
acosan a las 6 alas que incluyen las 4 columnas auxiliares.
Pero en Chile
asoma el histórico triunfo de Chacabuco. Triunfan la audacia y estrategia de
San Martín y las ganas de vencer que ha sabido transmitir al ejército. Imposible
una coordinación más exacta, comenta Lanús.
Santiago festeja
en aristocrática y fraterna tertulia hermanando a argentinos y chilenos. Vencidos
los Andes la emancipación es irreversible. San Martín lo había dicho: ¡Animo,
que para los hombres de coraje se
han hecho las empresas arduas!
Es la mejor definición de nuestro héroe riojano Nicolás
Dávila, hombre de acción, auténtico representante del modelo de varón de clase
dirigente tradicional como enseña Pío XII en sus famosos discursos sobre Nobleza y élites tradicionales.
Dávila cuenta que avanzó en la noche (como un felino) para llegar
a Copiapó ese mismo 12 de febrero. Desprendió
una partida de 20 infantes al mando del Teniente Larrahona aprovechando la oscuridad
para tomar a la bayoneta la guardia del cuartel.
El BRAVO Larrahona ejecutó la orden, sin trepidar, y cuando
el centinela dispara el fusil al oír el grito: ¡Viva la patria! dado con voz de trueno por aquel oficial, yo
entraba –relata- por la otra bocacalle con los infantes desplegados en
guerrilla al trote y protegidos por la
caballería. Las fuerzas enemigas quedan inutilizadas y economizada la sangre de
nuestros milicianos, penetrando la división sin disparar un solo tiro.
El 16 recién entró el Coronel Zelada con el resto de la
división en medio de las aclamaciones del pueblo, y observando el contingente
de estos milicianos, tostados por el cierzo helado de los Andes, –agrega- no se desdecían de la gloria de sus
compañeros, que habían triunfado ya a en las llanuras de Chacabuco.
Nicolás Dávila nació y fue bautizado en esta ciudad de La
Rioja el 14 de abril de 1786 según documentación aportada por el dedicado
genealogista Alfredo Cabral. Fueron sus padres Don Francisco Javier de Brizuela
y Doria y Doña María Rosa del Moral y Andrada.
Anotado como Nicolás Brizuela del Moral, llevaría el ilustre
apellido Dávila como sus hermanos con excepción del mayor, Ramón de Brizuela y
Doria, cumpliendo normas establecidas
por sus antepasados fundadores del Mayorazgo de San Sebastián. Nicolás y Ramón,
y un tercer hermano, el valiente General Miguel Dávila, desempeñarían un rol histórico
junto a su padre, en cuya hacienda se formaron en Sañogasta (casa 14), conforme
censo de 1810.
Casado Nicolás adquirió tierras en Nonogasta, solar de su
distinguida mujer Doña Ma. Vicenta Gordillo y Castro, construyendo casa, hacienda, bodega y
fundición de metales, más tarde Casa de
Edificó
Dice el historiador Zinny que Don Nicolás era “Comandante de
En Sañogasta fue que Don Nicolás y su padre Don Francisco
Javier de Brizuela y Doria “fundieron los primeros cañones argentinos, para
luchar por la libertad”. Allí también estaba la fábrica de la pólvora enviada a
San Martín.
Con la colaboración familiar y de una pléyade de patriotas
tuvo listos sus escuadrones para la fecha fijada. Zinny dice: “… lo más selecto
de la juventud riojana; se encontraban el Capitán Miguel Dávila, hermano
del Comandante, el Capitán José Benito Villafañe, el Capitán Manuel
Gordillo, los Oficiales Mateo Larrahona, Noroña y muchos otros”. Lo llama
“Comandante” pues fue el verdadero jefe de la expedición, el Héroe de Copiapó.
Hemos mencionado los aportes de pólvora y mulas de su
familia paterna venciendo carencias y dificultades. Su importancia para la
emancipación consta en la carta con la que San Martín lo agradeció al
Gobernador Ramón Brizuela y Doria, conservada en Sañogasta.
Partieron de la antigua Iglesia de Santa Rita de Chilecito
luego de oír misa con 120 milicianos locales y otros 200 de
Fue providencial que Don Nicolás conociera esos campos a la
perfección, pues su padre le había confiado su administración.
Acometió la toma de Copiapó y El Huasco con pleno éxito. Conforme
la estrategia sanmartiniana, aquel 12 de febrero todas sus fuerzas lograron su
objetivo. Nicolás Dávila fue, en la misión encomendada a
Fue destacado Gobernador de
Su trayectoria, como dijimos, fue un ejemplo del papel de las élites
tradicionales cuya misión perenne, en perfecta compatibilidad con una verdadera
democracia, es preservar la tradición y
ser así factor de progreso.
Pues
A esas élites tradicionales que representa el ejemplo de Nicolás
Dávila les cabe una alta misión por el bien de toda la sociedad. Son, enseña el
Papa, “…la comunidad de las familias que
ponen por tradición todas sus energías al servicio del Estado, su Gobierno
y su Administración, y con cuya
fidelidad puede éste contar en todo momento”.
Magnífica definición que “recuerda las grandes estirpes de
descubridores, colonizadores y agricultores que construyeron el progreso de las
Américas y, manteniéndose fieles a sus tradiciones, constituyen la preciosa
riqueza moral de las sociedades en que viven,” dice el Plinio Correa de
Oliveira en su obra Nobleza y Elites
tradicionales.
Por eso, celebrando en este día la gesta sanmartiniana queremos
recordar esa misión que no puede faltar en la sociedad.
Para estar a la altura de ella -le dice Pío XII a cada
oyente- debe ser hombre de valor, con una
fortaleza de ánimo que ni las más duras pruebas consigan abatir; … que no
solamente os convierta en perfectos soldados de Cristo para con vosotros mismos sino también, …, en animadores y sustentadores de quienes se sientan tentados de dudar o
ceder.
Debe tener una prontitud
para la acción, que no se atemorice en previsión de ninguno de los sacrificios
hoy exigidos por el bien común [que]… os
preserven de caer en un ‘abstencionismo’ apático e inerte, que sería gravemente culpable en una época en la que están en
juego los más vitales intereses de la religión y de la patria.
Fortaleza de ánimo
–prontitud para la acción – generosa adhesión a los preceptos católicos que
forjaron la patria desde sus primeros albores, Nicolás Dávila dio sobradas
pruebas de tenerlos… Que su ejemplo fructifique en nuestros jóvenes y en toda
la sociedad siguiendo los pasos que hoy evocamos con agradecimiento y
esperanza.
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