lunes, 9 de septiembre de 2019
La cultura, el arte y los ambientes en la Revolución
Capítulo X
La cultura, el arte y los ambientes en la Revolución
Así descriptas la complejidad y amplitud que el proceso revolucionario tiene en las zonas más profundas de las almas, y por tanto de la mentalidad de los pueblos, es más fácil señalar toda la importancia de la cultura, de las artes y de los ambientes en la marcha de la Revolución.
l. La cultura
Las ideas revolucionarias proporcionan a las tendencias de las que nacieron, el medio de afirmarse con fueros de ciudadanía, a los ojos del propio individuo y de terceros. Ellas sirven al revolucionario para debilitar, en estos últimos, las convicciones verdaderas y así desencadenar o agravar la rebelión de las pasiones. Son inspiración y molde para las instituciones generadas por la Revolución. Esas ideas pueden encontrarse en las más variadas ramas del saber o de la cultura, pues es difícil que alguna de ellas no esté implicada, por lo menos indirectamente, en la lucha entre la Revolución y la Contra-Revolución.
2. Las artes
En cuanto a las artes, como Dios estableció misteriosas y admirables relaciones entre ciertas formas, colores, sonidos, perfumes, sabores, y ciertos estados de alma, es claro que por estos medios se puede influenciar a fondo las mentalidades e inducir a personas, familias y pueblos a la formación de un estado de espíritu profundamente revolucionario. Basta recordar la analogía entre el espíritu de la Revolución Francesa y las modas que durante ella surgieron. O entre las efervescencias revolucionarias de hoy y las presentes extravagancias de las modas y de las escuelas artísticas llamadas avanzadas.
3. Los ambientes
En cuanto a los ambientes, en la medida en que favorecen costumbres buenas o malas, pueden oponer a la Revolución las admirables barreras de reacción, o por lo menos de inercia, de todo cuanto es sanamente consuetudinario; o pueden comunicar a las almas las toxinas y las energías tremendas del espíritu revolucionario.
4. Papel histórico de las artes y de los ambientes en el proceso revolucionario
Por esto, en concreto, es necesario reconocer que la democratización general de las costumbres y de los estilos de vida, llevada a los extremos de una vulgaridad sistemática y creciente, y la acción proletarizante de cierto arte moderno, contribuyeron al triunfo del igualitarismo tanto o más que la implantación de ciertas leyes, o de ciertas instituciones esencialmente políticas.
Como también es preciso reconocer que quien, por ejemplo, consiguiese hacer cesar el cine o la televisión inmorales o agnósticos, habría hecho por la Contra-Revolución mucho más que si provocase la caída de un gabinete izquierdista, en la rutina de un régimen parlamentario.
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