jueves, 22 de octubre de 2015

Comunicado de prensa de Filial Súplica: Nuevas adhesiones para pedir al Papa una declaración solemne que permita salir del impasse sinodal




COMUNICADO DE PRENSA
NUEVAS ADHESIONES PARA PEDIR AL PAPA UNA DECLARACIÓN SOLEMNE QUE PERMITA SALIR DEL IMPASSE SINODAL
Roma, 22 de octubre del 2015 La asociación Filial Súplica, tras haber entregado el 29 de setiembre del 2015, 790.150 firmas a la Secretaría de Estado vaticana, ha trasmitido hoy al Vaticano otras 68.052 nuevas adhesiones para pedir al Papa Francisco “una palabra esclarecedora” como única via para superar la cresciente confusión entre los fieles” en lo que dice respecto a la admisión de los divorciados que se han vuelto a casar civilmente y al respecto de las uniones homosexuales, con la certeza que dicha palabra “no podrá jamás disociar la práctica pastoral de la enseñanza dejada en herencia por Jesucristo”. 
La oportunidad del pedido se hace cada vez más actual en vista del desarrollo que ha tenido el Sínodo que está por acabar. Según un reciente editorial de una revista americana de cuño notoriamente “progresista”, “a medio camino de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, reina la confusión si no directamente el caos, para decirlo con las palabras de un padre sinodal. Y esta confusión es temor, temor de la incertidumbre y de lo desconocido”.
No es para menos. Con el pretexto de usar un lenguaje pastoral más “inclusivo”, figuras de destaque del Sínodo socavan en la raíz conceptos fundamentales de la moral católica como “la indisolubilidad” del matrimonio, la naturaleza “intrínsecamente desordenada de las relaciones homosexuales”, la calificación de “adulterio” para el matrimonio civil después de un divorcio y hasta la máxima que dice que “hay que amar el pecador y odiar el pecado”. Mayor confusión suscita la propuesta de que la praxis pastoral para los divorciados vueltos a casar y para las uniones homosexuales sea “descentralizada”, situación que conduciría inevitablemente a divergencias y cisiones.  
Por lo tanto, para los coordinadores de la Filial Súplica se hace imperativo que, como ha sucedido muchas veces en el pasado, sea el mismo Papa Francisco quien, como juez supremo de la fe y usando de la plenitud de su poder de sucesor de San Pedro, dirima de modo rotundo las cuestiones de fe y moral que han emergido en el Sínodo y lo haga de manera clara, solemne e inapelable: Roma locuta, causa finita.

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