martes, 22 de mayo de 2012

La Argentina profunda en el Día campero de Fe y Tradición - (I) La Virgen por los cerros sañogasteños









Llegamos a Sañogasta, cuya capilla varias veces centenaria levanta su torre recordando un castillo.
Observamos la Imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, talla salteña de factura reciente, inspirada en la antigua Imagen de la Virgen que es Patrona de la Parroquia que lleva su nombre.
 Es 20 de mayo de 2012: evocando la fundación de Todos Santos de la Nueva Rioja por el mariano Gobernador del Tucumán, Juan Ramírez de Velasco, se realiza este "Día Campero de Fe y Tradición" en el antiguo Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta, al pie del Nevado del Famatina. Más de 4 siglos de Fe cimentaron una mentalidad caballeresca y tradicional que resiste a la embestida cultural anticristiana.
Los camperos de Sañogasta van llegando a la capilla familiar de Ntra. Sra. del Valle, del barrio Chucuma, algunos montan yeguas seguidas por sus crías, o mulas. Varios van acompañados de sus pequeños o jóvenes hijos.
La procesión sale y toma por la calle "Camperos de San Sebastián". Una nube con forma de cigarro, al pie del Velasco, avanza sobre el Famatina y cubre el valle con su sombra adusta. Pero los peregrinos no se amilanan. La Virgen de la Candelaria hace sentir su sonrisa y el sol renace, iluminando un paisaje ecuestre de viñedos, nogales y cerros. Unos gauchos que vienen de lejos apuran sus fletes para alcanzar la procesión, que ya va cruzando las aguas cristalinas del río.
Acompaña la Imagen de N.S. de Fátima de una familia vecina.
Se reza el Santo Rosario, que obtiene gracias y victorias de todo tamaño y aún fuera de proporción para los pueblos y cristianos que lo rezan con Fe. Pedimos por nuestro pueblo, amenazado por leyes inicuas y un estatismo invasor de la vida privada de los argentinos. Pedimos por la civilización cristiana, que hizo y hará la verdadera grandeza argentina y americana. Pedimos por la familia y el niño por nacer y por quienes luchan abnegadamente en su defensa. Por todas las intenciones y necesidades de los peregrinos, por nuestros queridos muertos, por quienes han hecho patria, la tierra de nuestros padres, donde descansan nuestros ancestros, para que la Virgen de la Candelaria obtenga de Cristo Rey, con palabras que sólo Ella sabe decirle, que apresure el cumplimiento de su promesa de Fátima: "Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará".
¡Aquí estamos, Señora, para defender la Argentina verdadera, la que se honra en tenerte como Patrona!
(Esta crónica continúa en las dos notas siguientes. Sugerimos leer primero la nota II, El Almuerzo y los Gauchos, y finalmente la nota III, sobre Destrezas ecuestres en honor de la Virgen, aunque por dificultades técnicas no aparezca en en ese orden).

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