domingo, 15 de noviembre de 2009

Fe y cultura: la Universidad y el Monasterio - Paralelamente, desarrollo de fermentos anticristianos en las costumbres - 16ª nota


Fe y cultura: la Universidad de Córdoba
La ilustre Universidad de Córdoba del Tucumán es otro factor cimentador, fuente de una élite intelectual católica de gran influjo que dejará huellas perdurables y hará honor al tradicional apelativo de “la docta”.
Fundada formalmente en 1622, siguiendo el impulso inicial del Obispo Trejo y Sanabria (+1614), se desarrolla, jerarquiza y eleva las mentes a Dios bajo la dirección de los Padres de la Compañía.
En la ciudad de Jerónimo Luis de Cabrera florecen órdenes religiosas bajo el impulso de los Tejeda. La noble mestiza Leonor de Tejeda, “ejemplo de la ciudad”, funda Las Catalinas en 1613. Su hermano Juan de Tejeda Miraval –a quien la Virgen del Carmen cura una hija milagrosamente-, funda las Teresas, carmelitas, en 1628. Cede su propia casa para el convento, que su hermana Leonor gobernará durante 9 años, luego de salir procesionalmente de Las Catalinas en un gran cortejo. Entre las teresas se contarán pronto su mujer, ya viuda, sus dos hijas y tres nietas.
Es otro aspecto omitido por los historiadores que deforman la historia: el rol de las estirpes tradicionales que forjaron el país.

Fermentos anticristianos en las costumbres
Junto a estas auténticas maravillas había otras realidades incompatibles con la fidelidad a la Ley de Dios. Tendencias y costumbres hedonistas vigentes, heredadas del Renacimiento a pesar del vigor de la Contra-Reforma, llevan al poeta Luis de Tejeda a considerarse un “peregrino en Babilonia”.
La Fe, devoción y vuelo intelectual de la ciudad le daban cierto carácter de Tebaida y Salamanca; pero la crisis moral y psicológica de la Edad Moderna impidió que ese vuelo llegara aún más alto, inoculando toxinas que tendrán consecuencias.

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