sábado, 28 de marzo de 2009

Fe y resistencia en el Tucumán - El Papa y el Rey Católico: las "dos majestades" a quienes prestar heroicos servicios - ("Siglos de Fe...", 4ª nota)

"Los trece de la fama": el Tucumán recibió la civilización cristiana hispánica desde el Perú. La escena inmortaliza el heroismo del Marqués Pizarro, arquetipo de los conquistadores del Perú. (Imagen reproducida de : "Nobleza y élites tradicionales análogas", de Plinio Corrêa de Oliveira, t. II: "... Revolución y Contra-Revolución en las tres Américas", Apéndice hispanoamericano de la obra).
Fe y Resistencia
El Barco se consolida con Francisco de Aguirre, quien la rebautiza Santiago del Estero. Los tres traslados anteriores costaron a sus habitantes inmensas pérdidas y desaliento. Pero no se entregaron, continúan afrontando penurias y venciendo dificultades que Teresa Piossek describe con maestría.
Su característica es el espíritu de resistencia y Fe. Su mayor sufrimiento no es exponer la vida sino el no tener sacerdotes. Como están privados de sacramentos, no son tradicionales rezadoras sino los vecinos principales quienes rezan y organizan rogativas y procesiones. Los curtidos en cien combates. Los que empuñan el arado con los indios. Los que reproducen el milagro de la viña o del olivo entre quebrachales y algarrobales. En las riberas del Dulce resuenan cánticos religiosos de Talavera de la Reina o Medellín...
La tentación de volver al Perú y abandonar una tierra sin oro ni plata, donde hay enemigos con flechas que hacen morir cruelmente, es rechazada para que no se pierdan las almas de los naturales en vías de conversión. Son las palabras que conserva la historia del veterano Cap. Miguel de Ardiles al Teniente Juan Gregorio Bazán: su voto es decisivo.
El mismo espíritu sopla en el Plata. En 1536, el Adelantado Pedro de Mendoza ha establecido un asiento precario en el Río de Solís que pasa por indecibles probaciones. Santa María de los Buenos Aires, pese a lo breve de su existencia, levanta cuatro capillas.

Se configura el orden cristiano
La Cristiandad hispánica argentina da pasos ciertos:
Nace su primera gobernación, el Tucumán, desde la cuna vinculada al Perú, centro de nobles virreyes, graves estadistas, sabios prelados y aún de santos. Felipe II, su creador, la enriquece con tres regalos dignos de un Rey: el escudo de armas de Santiago, la milagrosa Sábana Santa y la presencia de San Francisco Solano.
A pedido del monarca, Pío V, Papa y santo, instituye el Obispado de la Sta. Cruz del Tucumán, primera diócesis argentina.

Grandes de nuestra Historia
El Papa y el Rey Católico son, para los primeros pobladores, las dos Majestades: servirlas es el ideal supremo de vida. La clase noble tiene sentido trascendente de la existencia; lo reconoce un autor como José Luis Romero, que no simpatiza con nobles ni trascendencias.
Los conquistadores dan principio a linajes y tradiciones. Aguirre, Juan Gregorio Bazán, Mexía y Mirabal, Juan Pérez de Zurita, Jerónimo Luis de Cabrera, Juan Ramírez de Velasco, son grandes señores y esforzados capitanes que dejan su impronta.
Entre los de heroísmo excepcional se cuenta Francisco de Argañaraz y Murguía. Sus antepasados, Señores de Mayorazgo, se destacan en la famosa batalla de Mühlberg, donde el Emperador, con el “gallardo y noble talle” que pintó Tiziano, bate a los electores protestantes. Les toca la gran responsabilidad de custodiar al general vencido, príncipe Mauricio de Sajonia. En la toma del fuerte de la Florida, el padre de nuestro Argañaraz derrota a punta de espada la guardia de franceses calvinistas y abre las puertas al ejército español.
Su hijo es el que, desafiando desalentadores presagios que templan más su acero, funda Jujuy, cerrando el prolífico ciclo fundacional. El coraje proverbial de su estirpe lo lleva a la increíble captura del cacique Viltipoco, sacado de sus sueños por el audaz capitán, que se filtra en plena noche en un cerro desconocido, erizado de guerreros enemigos. No le hace daño al prisionero, y el buen trato que le da, sumado a su afán apostólico, obra la conversión del jefe y gana el valle.
Lo dice Sierra: “en las duras jornadas, son misioneros los conquistadores y conquistan tierras los misioneros”.
(Próxima entrega: "Un gobernador exponencial del Tucumán").
Puede solicitar el trabajo completo a:

martes, 24 de marzo de 2009

Sea protagonista reafirmando la identidad tradicional de Argentina y América - V Jornada por la Civilización Cristiana-Salta, 28 y 29 de agosto

Quinta Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana - Con espíritu de gesta... - Cabildo histórico de Salta, 28 y 29 de agosto de 2009

En la festividad de la Anunciación del Angel a María y la Encarnación del Verbo, tenemos el agrado de invitar a Ud. y familia a esta Jornada por la civilización cristiana y mariana en nuestra Patria e Iberoamérica.
Cordialmente,
Centro Cultural Juan Ramírez de Velasco
Gobernador del Tucumán
y entidades auspiciantes
Informes e inscripción de trabajos: civilizacioncristianaymariana@gmail.com

domingo, 22 de marzo de 2009

La fundación de la Ciudad de Corrientes - Por Gustavo Sorg

La maravillosa reliquia sagrada que es emblemática de Corrientes, la Cruz de los Milagros, en el altar de la Iglesia de la Cruz (fotografía: Ezequiel Mesquita)

Queridos amigos,
Anticipandome a la fecha en que se conmemora el día de la fundación de mi querida Ciudad de Corrientes, he colocado en mi Blog la trascripción completa del Acta de Fundación y un relato histórico con los antecedentes de la fundación.

Blog: http://gustavosorg.blogspot.com/



El día 3 de abril se recuerda en la Ciudad de Corrientes al día de su fundación. Paradójicamente este día no es festivo y la rutina de la ciudad transcurre con total normalidad hasta el 3 de mayo, en que se lo conmemora conjuntamente con la Cruz del Milagro. Para entender el porqué de este asunto, se debe recurrir a los antecedentes que así lo dispusieron. En el acta capitular del 1° de abril de 1773, las autoridades del Cabildo, anticipándose al día de la conmemoración de la fundación expresaban lo siguiente:
…el tres del corriente [abril] es el que celebra la festividad de la Santa Cruz de los Milagros, función establecida desde la fundación de esta ciudad, en conmemoración de haber sido dicho día el en que se enarboló el Real Estandarte y tomaron posesión las armas españolas de estas tierras y de los notorios milagros con que ha manifestado dicha Santa Cruz su protección…
El documento expresa claramente que en el día 3 de abril se celebraban ambos acontecimientos, la fundación de la ciudad y el Milagro de la Cruz, así se hizo desde los tiempos más remotos, como lo acreditan otros documentos. La primera modificación de la fecha de esta festividad tendría lugar en el año 1805 cuando el obispo de Buenos Aires Lué y Riega visitó nuestra ciudad y no quedó conforme del modo en que se desarrollaban las festividades, pues se mezclaba en ella lo espiritual con otras actividades de esparcimiento y júbilo por la fundación y el triunfo sobre los naturales que consideraba incompatible con el sentido espiritual de la iglesia. Como consecuencia de ello dictó un decreto con fecha 23 de julio de 1805 en el que disponía que la conmemoración de la Cruz del Milagro se trasladase perpetuamente al 3 de mayo, para así apartarlo de la conmemoración de la fundación, fecha en que la Iglesia Católica celebra la Invención de la Cruz en que Jesucristo nos redimiera.
Este decreto fue presentado al Cabildo de la ciudad el 10 de febrero de 1806 y desde ese momento se conmemoro el Milagro de la Cruz el 3 de mayo, hasta que en el año 1815, el gobernador José de Silva decretó que la conmemoración de la Cruz del Milagro fuese vuelta a su fecha original “en memoria y reverencia del milagro que obró aquel día, el año de la población de la ciudad”. La fecha fue nuevamente modificada durante la gestión del gobernador Pedro Ferré que la vuelve al 3 de mayo conforme al decreto del obispo Lué y Riega. Esta fecha quedará ratificada luego en el año 1849 por un concordato celebrado entre fray Bernardo Diez, delegado eclesiástico de la provincia de Corrientes, y el gobernador Benjamín Virasoro, en el que se establecen los días festivos religiosos para nuestra provincia y se fija el 3 de mayo para la celebración del día de la Cruz del Milagro. Como vemos, la polémica siempre giró en torno a la fecha de la celebración de la Cruz del Milagro.
Corrientes es una de las ciudades más antiguas de la República Argentina que tiene el privilegio de conocer con detalles el día de su nacimiento, pues posee un certificado que lo acredita, su Acta de su Fundación rubricada por las autoridades de su primer Cabildo. En ella, consta que fue fundada el domingo 3 de abril de 1588 por el adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón en nombre de su Majestad el rey de España, es por ello que resulta absurdo que no se declare festiva esta fecha y se postergue su conmemoración hasta el día 3 de mayo en que se conmemora a la Cruz del Milagro.

Esta costumbre de vincular estrechamente el día de la fundación de la ciudad con la celebración de la Cruz del Milagro esta muy arraigada en la comunidad, sin embargo, no debe confundirse una cosa con la otra, pues se refieren a dos cosas totalmente diferentes, la primera, el 3 de abril, a la conmemoración de un acto solemne de carácter administrativo por el cual se dio origen y se constituyó legalmente nuestra ciudad, y la segunda, el 3 de mayo, a la celebración de una festividad de carácter religioso que tiene sus orígenes en la celebración religiosa de La Invención de la Santa Cruz, fecha a la que se recurre por ser incierto el día en que ocurrió el Milagro de la Cruz. Resulta entonces necesario que algún día las autoridades municipales reconozcan el valor simbólico que tiene el 3 de abril para nuestra ciudad y se la incorpore al cronograma de días festivos.
Hace casi 500 años, el territorio que abarca la actual provincia de Corrientes estaba comprendido dentro de los límites de la gobernación de las provincias del Río de la Plata, según quedó establecido en la Capitulación que el rey de España firmó en Toledo el 21 de mayo de 1534 con el adelantado don Pedro de Mendoza. En lo que respecta al territorio de la actual República Argentina y a la antigua gobernación del Río de la Plata, las primeras ciudades que se fundaron en él fueron: Santa Fe (1573), Buenos Aires (1580), Concepción del Bermejo (1585) y Corrientes (1588), todas ellas fueron pobladas por conquistadores españoles y mestizos que salieron de la ciudad de Asunción (Paraguay) que en ese entonces era la ciudad cabecera de la gobernación. Estas corrientes fundacionales comenzaron a gestarse durante la gobernación del adelantado Juan Ortiz de Zárate, pues estaba obligado a ello por las capitulaciones que había firmado con el rey. Sin embargo, Ortiz de Zarate no pudo cumplir con su compromiso, pues falleció al poco tiempo de llegar a su gobernación y solo llegó a fundar la ciudad de San Salvador que tuvo muy poca suerte y no prosperó.
Retomó este compromiso el adelantado sucesor, el licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón, por su casamiento con doña Juana de Zarate, hija y universal heredera del adelantado Juan Ortiz de Zarate. Su gobierno estuvo marcado por los contratiempos que le ocasionó su casamiento con la rica heredera, pues eran varios los que aspiraban a la gobernación y sus bienes, entre ellos, sobresalió el virrey don Francisco de Toledo que se encargó de hacerle la vida imposible al nuevo adelantado, privándolo por mucho tiempo de pasar al territorio de su gobernación. Por este motivo, el adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón debió delegar el mando en sus tenientes, para que ellos en su nombre ejercieran el gobierno. Es así que por sus instrucciones y en su nombre el general Juan de Garay funda en el año 1580 la ciudad de la Trinidad y puerto de Buenos Aires y en el año 1585 el capitán Alonso de Vera y Aragón funda la ciudad de la Concepción del Río Bermejo (hoy desaparecida).
Si bien la persecución política a que estaba sometido el adelantado comenzó a cesar con el alejamiento del cargo del virrey Toledo, su situación no mejoraría de inmediato, pues recaían sobre él engorrosos pleitos y demandas pergeñadas por sus émulos. En el año 1587 su situación procesal mejoró y se le permite visitar las ciudades de su gobernación, inmediatamente se dirige desde la ciudad de la Plata (hoy Sucre) en donde estaba retenido con destino a la ciudad de la Concepción del Río Bermejo, donde es recibido por su sobrino el capitán Alonso de Vera y Aragón, apodado el cara de perro, que posteriormente lo escolta hasta la ciudad de la Asunción.
En esta ciudad se dedicó a tomar cuenta de la administración de los oficiales reales, a pacificar los límites de la ciudad que de continuo eran acosados por los indios guaicurúes y a los preparativos para la fundación de una ciudad en el paraje de las Siete Corrientes, empresa en la cual ya se encontraba trabajando su otro sobrino el capitán Alonso de Vera y Aragón, apodado el Tupí.
En este punto debo hacer unas aclaraciones sobre el clima reinante en la gobernación. A la muerte del general Juan de Garay, teniente general de la gobernación, lo sucedió en el cargo el general Juan de Torres Navarrete, primo hermano del adelantado, que era fielmente asistido por tres sobrinos del adelantado, los tres llamados Alonso de Vera y Aragón. Esta situación generó cierto malestar entre algunos conquistadores que veían con malos ojos que todo el poder esté concentrado en familiares del adelantado, pero en realidad lo que más les molestaba era la pujanza que tenían para llevar adelante las empresas y hacer cumplir sin discusión las instrucciones del adelantado. El conquistador Juan Caballero de Bazán, un prófugo de la armada de Sotomayor que iba con destino a Chile, fue el que encabezó la conspiración para alejar del mando a los parientes del adelantado, para ello recurrió a la Real Audiencia de la ciudad de la Plata y obtuvo ciertas resoluciones a su favor que posteriormente tendrían un efecto diferente en las ciudades de la gobernación, pues solo prosperó su intención tiempo mas tarde en la ciudad de Asunción.
Por el mes de enero de 1588, el adelantado despachó por vía terrestre al capitán Hernandarias de Saavedra con el ganado vacuno que serviría de sustento a la nueva población, empresa muy difícil de concretar y que sólo podía ser coronada por éxito por Hernandarias, quien además era ya un caudillo entre los conquistadores y mancebos de Asunción. Fue precisamente por su calidad de caudillo que el adelantado debió requerir su intervención para reclutar pobladores para la nueva ciudad. Paralelamente ya se encontraba trabajando desde por lo menos el mes junio de 1587 en el paraje de las Siete Corrientes el capitán Alonso de Vera y Aragón, el Tupí, con un grupo de aproximadamente 28 soldados.
El capitán Alonso de Vera y Aragón fue el verdadero precursor de esta población, las instrucciones para realizarla las había recibido del general Juan de Torres Navarrete que entonces se desempeñaba de teniente general de gobernación del adelantado. Las primeras cosas necesarias para la población las trajo de la costa del Brasil en un navío de su propiedad, así lo comunicaba al rey en su carta del 15 de junio de 1587. Luego se encargó de explorar el lugar y hacer contacto con las tribus comarcanas que lo habitaban, con las cuales hizo las paces. Se encargó de preparar el terreno y elegir el sitio adecuado para la traza de la ciudad, donde seguramente realizaron algún trabajo de desmonte, pues a la llegada del adelantado todo el sitio ya estaba delineado. Esta avanzada de conquistadores tenía su base de operaciones en una empalizada que habían construido en las inmediaciones de la playa Arazaty, al que denominaban Pucará, expresión de la lengua quechua que significa fortaleza, nombre que seguramente fue puesto por el Tupí, pues el había nacido en el Cuzco y su madre era una indígena de nación Inca.

A fines del mes de marzo el adelantado y su comitiva partieron de Asunción a bordo de una carabela, en otras embarcaciones iban los demás pobladores con sus familias y sus pertenencias. El día 28 de marzo fueron alcanzados por el escribano Juan Canteros que portaba una provisión de la Real Audiencia por la cual se determinaba que cesasen en el mando los parientes del adelantado, el adelantado con buen tino las recibió pero se escuso de obedecerlas por el momento, porque consideraba injusto que se separase de los cargos a las personas que tanto habían trabajado en las poblaciones que se hicieron y la que se estaba llevando adelante. Prosiguió su viaje y debió llegar al paraje de las siete Corrientes algunos días previos a la fundación.
Finalizados los preparativos, se dio inicio a la solemne ceremonia en la madrugada del domingo 3 de abril de 1588, el adelantado, siguiendo el procedimiento que marcaba la ley, procedió con las formalidades de rigor y declaró fundada la Ciudad de Vera en nombre del rey de España, seguidamente eligió las autoridades de su primer Cabildo y señaló la traza de la ciudad, el sitio para la plaza y para la iglesia. Luego se procedió al reparto de solares a los pobladores que quedó asentado en un padrón de repartos de solares, documento que hoy se encuentra perdido.

El día 4 de abril se realizó la primera reunión del Cabildo con la asistencia del adelantado que dejó estampada su firma en un acta que se resguarda en el Archivo Histórico de la ciudad. En esta reunión se determinaron cuales eran las cosas más necesarias para la ciudad y se nombró un procurador para que vaya a la ciudad de Asunción en procura de ellas, entre las cuales se solicitaba un religioso que atienda las necesidades espirituales de los pobladores. El adelantado permaneció en la ciudad hasta la mañana del 7 de abril, oportunidad en que se embarcó con destino a la ciudad de Santa Fe. Dejó por su teniente de gobernador a su sobrino al capitán Alonso de Vera y Aragón, el Tupí, quien luego de retirado el adelantado se presentó al Cabildo con su nombramiento para asumir el gobierno de la ciudad, cargó que desempeñó hasta el año 1596.
La provisión de la Real Audiencia que pretendía impedir que los parientes del adelantado desempeñaran cargos no tuvo efecto en la Ciudad de Vera, pues los propios pobladores se encargaron de requerir por medio de un procurador que se mantenga en el cargo al Tupí, pues era un buen gobernante y ejercía su cargo con total aprobación de todos los pobladores.
Los primeros años de la población fueron los más difíciles, pronto se comenzó a sentir la hostilidad de los indios guaranies del río Paraná arriba que eran llamados paranaes, indios muy belicosos e indómitos. Esto motivó que los pobladores por largo tiempo no pudieran establecerse en sus solares y vivieran recluidos en el fuerte de la playa Arazaty. La primera desgracia sobrevino a la población en un paraje del río Paraná arriba adonde había ido un destacamento en procura de alimentos, allí sucedió la llamada matanza de la mandioca en un mandiocal natural en donde fueron emboscados por los indios que protagonizaron una gran matanza. Esta victoria relativa envalentonó a los indios paranaes, que en acuerdo con otros caciques decidieron ir a destruir la ciudad y matar a todos sus pobladores. Sucedió entonces el cerco al fuerte donde los pobladores sufrieron durante varios días las necesidades provocadas por el aislamiento, la lucha fue dura y al final los indios se dieron por vencidos y se retiraron.
Desafortunadamente muchas vidas se perdieron y todo el ganado vacuno que se había traído a la población se escapó y se internó en el monte. Para subsanar las necesidades ocasionadas por el cerco, el Tupí se dirigió a Asunción en busca de ayuda y ganado vacuno que trajo a su costa. Gobernaba en ese entonces en Asunción otro sobrino del adelantado también llamado Alonso de Vera y Aragón, el cual encargó a Hernandarias que vaya con un grupo de soldados en defensa de la ciudad. Llegado el Tupí a la Ciudad de Vera, se determinó ir en castigo de los indios que habían cercado el fuerte, y como Hernandarias no llegaba con la ayuda se determinó salir de todas formas con los soldados que había, pues si se esperaba mas tiempo los indios agresores se internarían en los montes y sería muy difícil dar con ellos. Los documentos de la época nos cuentan que el castigo fue ejemplar y gracias a él la ciudad se pudo desarrollar y los pobladores pudieron ocupar sus tierras y construir en ellas sus viviendas.
Valga este humilde homenaje dedicado a todos aquellos valientes primeros pobladores que se aventuraron con sus familias en este inhóspito paraje para dar inicio a nuestra ciudad.

sábado, 14 de marzo de 2009

El Aguila bicéfala en la historia argentina fundacional - ("Siglos de Fe preanuncian un futuro glorioso", 3ª nota)


El águila bicéfala – Austria est imperari orbi universi (A.E.I.O.U.)
Los cimientos de la Argentina no se edifican en el siglo XIX, como quisiera la historia oficial. Las naciones hispanoamericanas nacen de España, verdad tan obvia que no sería necesario recordar si no hubiese una gigantesca muralla de olvido y mala fe.
No sólo nace la Argentina de España: en el siglo XVI –dicen autores como el tradicional Vicente Sierra y el liberal José L. Romero- se forja la matriz psicológica, la propia alma del argentino.
Ese momento capital del alumbramiento se da en nuestro caso bajo la influencia personal de Felipe II, bisnieto de la Reina Isabel e hijo del célebre Emperador Carlos V, Sacra Majestad Cesárea en cuyos dominios no se ponía el sol.
El Imperio en que nacimos con todos los fueros es el mayor que vio la historia. Su Rey es un monarca militantemente católico, compenetrado de la misión de la España de Don Pelayo y San Fernando, de la que participan sus reinos de ultramar, a los que gobierna con solicitud. En su persona reúne ricas tradiciones de las que es síntesis viva, de la Alemania imperial, Flandes, Portugal y Castilla.
La Casa de Austria, a la que pertenece, se ha ido destilando orgánicamente en el Sacro Imperio que forjó Carlomagno como institución clave de la comunidad de naciones cristiana. El águila bicéfala, su símbolo heráldico, se incorpora a las armas de España y extiende sus alas en nobles pórticos de la América Española.
La sigla A.E.I.O.U. expresa un llamado dinástico, que el Emperador Federico III interpretaba así: “A Austria le corresponde gobernar sobre todo el mundo”; y: “Austria será en el mundo la última” (la que llegará hasta el fin del mundo).
Don Felipe, en esos tiempos de racionalismo, mantiene rasgos de rey de leyenda. El auge de su lucha contra los enemigos del Cristianismo es la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Intervienen en este magno acontecimiento grandes varones. El Papa San Pío V forja la Santa Alianza con España y Venecia. Unidas a la flotilla papal constituyen una magnífica armada que comanda el medio hermano de Felipe, don Juan de Austria, a quien el Papa aplicaba palabras del Evangelio, considerándolo un enviado de Dios: hubo un hombre enviado de Dios, cuyo nombre era Juan….
Esta santa alianza se funda principalmente sobre el poderío español, lo que no es poca gloria, e inflige una inolvidable derrota al poder musulmán, con el auxilio manifiesto de la Virgen. El Papa –a quien la Madre de Dios comunica sobrenaturalmente el resultado- instituye la festividad de Nuestra Señora del Rosario de la Victoria para conmemorar eternamente el histórico triunfo.
Legítimo rey de Portugal, adquiere Felipe el Brasil y soñados reinos de “mil y una noches” en Africa, Arabia y la India. Las circunstancias lo ponían en situación del mayor poderío y gloria como Señor de un Imperio fabuloso nunca visto en el mundo (cf. José Luis Busaniche, Historia Argentina, cap. VII).
El sueño de la Casa de Austria se hace realidad. Incluye en lugar de honra al Nuevo Mundo, que Pío XII llamará “continente de la esperanza”. Esperanza de ser el bastión de una comunidad iberoamericana de naciones renovada que glorifique a María Reina y realice la civilización cristiana y mariana.

Nacen la primera ciudad y la nación argentina
En este marco de grandeza católica universal, nace la primera ciudad argentina en nombre del Rey Carlos I de España, Sacro Emperador de Alemania. El acta de fundación de Barco es más que esto: es el acta de nacimiento de la Argentina como nación, como sostienen sabiamente Alejandro Moyano Aliaga y otros historiadores cordobeses (citado por Prudencio Bustos Argañaraz en Manual de Historia Argentina).
Los fundadores de ciudades las erigen plenamente conscientes de las virtualidades de lo que fundan. Veían más allá que ciertos historiadores, que no ven más que ranchos de adobe y gallinas, sin comprender que es la civilización que da el tono en el mundo que llega, la del Prado y el Escorial, la de Santiago de Compostela y la Catedral de Sevilla, la de Lope y San Juan de la Cruz, la de Las Meninas y el Entierro del Conde de Orgaz, la de San Ignacio y Santa Teresa.
En tiempos de Aguirre llaman al Tucumán Reino y Provincia del Nuevo Maestrazgo de Santiago y Nueva Tierra de Promisión. Pues no son burócratas de Harvard sino soñadores-realizadores de espíritu hidalgo. Desde el Norte estiran el brazo hacia la Patagonia y conectan el Perú con España por el Río de la Plata. Lo intentó en la Gran Entrada Francisco de Mendoza, lo reintenta Aguirre y lo concretan definitivamente Cabrera y Garay.
Nota: las dos entradas anteriores se encuentran en esta página, en el mes de febrero
(Próxima nota -4ª- : Fe y Resistencia en el Tucumán)

miércoles, 4 de marzo de 2009

Chubut: antecedentes y acreditaciones recordando el 9 de marzo de 1535

Réplica de una de las naos de Magallanes, en aguas patagónicas

Estimados:

les hago llegar un escrito que el Instituto Argentino de Cultura Hispánica del Chubut ha remitido a los medios para su publicación con motivo de un nuevo recordatorio de la fundación de la Provincia de Nueva León –actual Chubut- por Simón de Alcazaba y Sotomayor. Atentamente.
Prof. Carlos A. Malbarez Williams.
Presidente del Instituto.

Instituto Argentino de Cultura Hispánica
“Provincia de Nueva León”
E-mail: carlosmalbarez@speedy.com.ar
Castelli y Oneto Nº 5
C.P. 9103
Rawson-Chubut-Argentina
Rawson, 4 de marzo de 2009.-

“Chubut: antecedentes y acreditaciones recordando el 9 de marzo de 1535":
La llegada del marino portugués al servicio de la corona española Dn. Simón de Alcazaba y Sotomayor a las hoy costas de la provincia del Chubut, si bien fortuitas, son el antecedente más remoto de la llegada de europeos que transitaron el territorio. No solamente desembarcaron sino que hicieron toma de posesión, primera misa y fundación de la denominada Provincia de Nueva León, en territorio hoy chubutense.
¿Por qué su incorporación al calendario histórico del Chubut?
1.- Antecedentes Nacionales:
El 31 de diciembre de 1970, visto el expediente Nº 81561/70 de la “Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, el S.G. Nacional por medio del Decreto Nº 3365 establece: “Declárase lugar histórico en la Provincia del Chubut, a la Bahía de Camarones, situada entre los cabos Raso y Dos Bahías”. Los Considerandos del precitado decreto nacional establecen: “Que a dicho lugar arribó el 26 de febrero de 1535 la expedición de don Simón de Alcazaba y Sotomayor quien, el 9 de marzo de ese mismo año, fundó lo que es hoy actual Provincia del Chubut, con el nombre de Nueva León. Que en sus exploraciones descubrieron el ahora llamado Río Chico, al que entonces denominaron Guadalquivir, por su semejanza con la corriente del mismo nombre existente en España, y también el río Chubut. Que la expedición de Alcazaba y Sotomayor llegó hasta el paraje denominado Los Altares y constituyó uno de los hechos más sobresalientes protagonizados por colonizadores españoles. Que es justicia señalar aquellos episodios enraizados en los primeros tiempos de nuestra historia y que, como el de la expedición de Alcazaba y Sotomayor, dieron origen a la pujante Provincia del Chubut. Que el 9 de marzo de 1535 fundó lo que es hoy actual Provincia del Chubut”.
Los precitados integrantes de la “Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos” eran miembros de número de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina. Se basaron para hacer el dictamen en los repositorios documentales de Buenos Aires, Archivo de Indias de Sevilla –España-, Simancas en Valladolid –España, Archivos Naval y de Tierra de Madrid –España-; como para citar algunos de los lugares consultados, además de numerosos documentos de otros países del continente europeo.
2.- Antecedentes provinciales:
La Ley Nº 2271 de la Provincia del Chubut establecía como feriado provincial el 9 de marzo de cada año en recordación de la expedición de Simón de Alcazaba y Sotomayor que había desembarcado y fundado la Provincia de Nueva León en el actual territorio provincial.
En tanto la Ley Nº 5305 en su Artículo 1º establece: “El Poder Ejecutivo incorporará al Calendario de Festejos de la Provincia, el día “9 de marzo”, en conmemoración a la fecha del año 1535 en que Simón de Alcazaba y Sotomayor, fundó la Provincia de NUEVA LEÓN, en el actual territorio de la Provincia del Chubut. El Artículo 2º designa que: “Los actos centrales en homenaje a la gesta de Don Simón de Alcazaba y Sotomayor, se realizarán anualmente en la localidad de Camarones, el primer domingo del mes de marzo”.
Por Decreto Nº 290/05 del 7 de marzo de 2005 del Poder Ejecutivo Provincial, en su Visto y Considerando ratifica lo establecido en la Ley Nº 5305; teniéndose “por Ley d e la Provincia del Chubut la número: 5305. Cúmplase, comuníquese y publíquese en el Boletín Oficial. MARIO DAS NEVES – NORBERTO GUSTAVO YAUHAR.”
3.- ÉPOCA HISPANA:
La expedición de Simón de Alcazaba y Sotomayor de 1535 da inicio al período hispano en el actual territorio de la provincia del Chubut; si bien queda trunco en muy corto espacio de tiempo, no invalida su importancia desde el punto de vista de la memoria histórica chubutense. Marinos como Magallanes, Malaspina y otros grandes navegantes e investigadores científicos recorrieron nuestras costas. Los intentos de poblar la extensa Patagonia, ya por razones estratégicas, ya para el afincamiento poblacional se remontan a la decisión del rey Carlos III, en el Siglo XVIII, que ordena al virrey de Buenos Aires hacer poblaciones estables en la actual Santa Cruz, Chubut y Río Negro. Surge así, entre otras, la población de San José –en nuestra Península Valdés (donde los españoles permanecieron allí durante treinta y un año hasta la destrucción del fuerte, en 1810, por un malón de indígenas y, sus pobladores, muertos o cautivos de las tribus araucanizadas). En la actual Santa Cruz fundaron poblaciones en Puerto Deseado y San Julián (Floridablanca) en tanto, en Río Negro, Carmen de Patagones, Viedma y San Javier, en ambas márgenes del río que le da el nombre a la actual provincia patagónica. Estas perduran hasta nuestros días siendo su fundador, Don Francisco de Viedma y Narváez, que trajo pobladores mayormente de Astoria provincia de León (denominados “maragatos”) y en abril de 1779 hace el acto de fundación de la única ciudad hispana patagónica que, en la Argentina criolla, pasó a ser, por un tiempo, la capital de la Patagonia cuando estaban afincándose en Chubut los galeses.
POR TODO ELLO: EL INSTITUTO DE CULTURA HISPÁNICA DEL CHUBUT “PROVINCIA DE NUEVA LEÓN” CONSIDERA QUE, EN MEMORIA DE QUIENES PARTICIPARON EN LA GESTA DE POBLAR NUESTRA PATAGONIA, ES JUSTO CONTINUAR CON LA RECORDACIÓN DEL 9 DE MARZO DE 1535, FECHA EN QUE SE INICIA LA ÉPOCA HISPANA EN NUESTRA PROVINCIA.
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Lucio Barba Ruíz Prof. Carlos A. Malbarez
-Vicepresidente- - Presidente-
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Lic. Virginia Bulacio
-Secretaria-